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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
4
Ciencia ficción Una fuerza misteriosa golpea a la Luna fuera de su órbita y la envía en choque directo contra la Tierra a toda velocidad. Unas semanas antes del impacto con el mundo al borde de la aniquilación, la ejecutiva de la NASA y ex astronauta Jo Fowler (Halle Berry) está convencida de tener la clave para salvar nuestro planeta. Pero solo el astronauta Brian Harper (Patrick Wilson) y el teórico conspiranoico KC Houseman (John Bradley) la creen. ... [+]
26 de junio de 2022
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Palma de Oro del Festival de Cannes de este año podría perfectamente haber sido para «Moonfall» en lugar de «Triangle of Sadness» (ídem, 2022), y eso que no he visto esta última. Viene esto a cuento —o posiblemente no— porque en 2021 se la llevó «Titane» (ídem, 2021) y, con todo y tratarse de un bodrio de proporciones cósmicas —sí, digámoslo de una vez—, la cinta de Roland Emmerich no es mucho peor.
El conspicuo muñidor alemán de catástrofes «kolossales» parece darse aquí un homenaje, de tan desacomplejado, rayano en el exhibicionismo. Ello merced a una proliferación, cuando no amontonamiento, de los motivos argumentales y estéticos más recurrentes de su carrera. Asistimos así a una anfetamínica macedonia de tsunamis, meteoritos, extraterrestres buenos y malos, militares de gatillo (nuclear) fácil, astronautas providenciales y un florilegio de diálogos que sobrepasan en años luz los límites de la vergüenza ajena. Cabe alegar en su favor que con tamaña exuberancia lo normal hoy sería hacer una serie de varias temporadas. Emmerich, en cambio, deja el asunto finiquitado en poco más de dos horas, lo cual resulta muy de agradecer, aunque se resientan un tanto ciertos aspectos como el de la coherencia o el mero racord. En rigor, «Moonfall» no tiene ni pies ni cabeza; pero de todo lo leído hasta el momento se puede inferir que un discurso medianamente articulado constituye la menor de sus preocupaciones.
Apostilla la evidente voluntad autoparódica un reparto en horas bajísimas con Patrick Wilson y Halle Berry como improbables salvadores de la humanidad en compañía de un John Bradley que con ponerse unas gafas ya cree encarnar a un personaje diferente al Samwell Tarly que le granjeó fama —y supongo que algo de fortuna— en «Juego de tronos» («Game of Thrones», 2011-2019). En fin, como siempre, y salvo honrosas excepciones —«El día de mañana» («The Day After Tomorrow», 2004) y, especialmente, «Anonymous» (ídem, 2011)— Roland Emmerich vuelve a violar nuestras inteligencias con su enésima cacofonía tumefacta.
Carorpar
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