Haz click aquí para copiar la URL
España España · Valencia
Voto de Carorpar:
7
Ciencia ficción. Fantástico. Thriller. Aventuras Londres, 1893. Tras cinco años de inactividad, Jack el Destripador vuelve a las andadas. Huyendo de la policía, el asesino entra al laboratorio del joven H.G. Wells y huye en su reciente invento: una máquina del tiempo. Después de recuperar su ingenio, Wells descubre que el Destripador escapó al futuro: ahora deberá ir tras él... (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me sucede, como a muchos compañeros de Filmaffinity, que “Time After Time” se cuenta entre mis recuerdos infantiles más gratos. Sin embargo, a diferencia de buena parte de aquéllos, su revisión pasados tantos años, veinte como poco, no ha traído consigo decepción alguna, ni mucho menos.
Porque el analógico encanto de entonces no sólo permanece incólume sino que, diría, se ha multiplicado; visto hoy, con la perspectiva de casi cuatro décadas, el setentero presente futuro que dibujaba. Porque no han decaído un ápice ni el ritmo vivísimo ni el sabio suspense que aquella tarde cuando niño me tuvieran embelesado, mesmerizado frente al televisor. Porque, de hecho, he vuelto a pasar otra tarde, la del día de Reyes además, atornillado al sofá de casa de mis padres, los cinco sentidos —abotargados de comilonas navideñas, todo sea dicho— en la pantalla de esa caja que a veces, como ésta, tiene muy poco de tonta. Disfrutando como un enano, por si no lo sospechaban ya.
Porque “Time After Time” es una película divertidísima y el “mash-up” definitivo. ¿Cómo podría no serlo? Hablamos de H. G. Wells y Jack el Destripador viajando en el tiempo, uno para seguir perpetrando sus cirugías extremas y el otro para impedírselo. Porque, en fin, esta joya bastarda e imperecedera contiene en menos de dos horas más aventura, romance y humor que la mayoría de cintas similares posteriores. Juntas.
Háganme caso, suban al abracadabrante artefacto modernista ideado por ese H. G. Wells inocentón que encarna un magistral Malcolm McDowell y dense una vuelta por su niñez. A mí no se me ha borrado la sonrisa todavía.
Carorpar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow