Para el que sienta curiosidad acerca de esta obra voy a tratar de orientarle algo por si le es de utilidad. Aparte de la certera sinopsis de esta web, no había más información y, vale, me arriesgué a verla. Esta vez mereció la pena.

Una modesta compañía de revista, mujeres casi todas, se dirige al pequeño pueblo de San Gil para ofrecer tres funciones, dentro de la gira que van realizando por otras localidades. Las ha contratado Edelmiro, (el célebre Valentín Tornos, Don Cicuta para los que le recordamos) el modesto empresario que regenta el cine-teatro del lugar.

Enteradas de la llegada de los comediantes, las fuerzas vivas del pueblo (señoras de bien) presionan a los notables para cancelar el "bochornoso" espectáculo, entre ellos al párroco, que nos permitirá ver a Adolfo Marsillach enfundado en una sotana.

Todo esto sucede en el periodo de fiestas con lo que, añadido a los festejos, los cernícalos del lugar se verán aún más alborotados por la llegada de las coristas.

No se trata de una comedia. Tras el primer acto, desenfado, cercano, simpático incluso, la historia va adquiriendo una tensión que anticipa su dramático final. Puestos a ser salvajes, no quedan nada bien los paisanos.

No hay un personaje central, la acción se reparte entre las artistas y los lugareños de forma dinámica y entretenida, no aburre, faltando Paco Martínez Soria, no hay patochadas ni disparates y, dentro de la extravagancia propia de la farándula, las situaciones y los diálogos resultan coherentes, interpretados por magníficos actores de carácter. Bueno, que no acaba aquí la cosa. Que además nos obsequiaran con algún número musical que, lejos de fastidiar, veremos con simpatía.

Si es aficionado al cine patrio pretérito, a la visita retrospectiva de lugares un día conocidos, le animo a pasar un buen rato con la visión de esta película injustamente olvidada.