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Drama
En una pequeña ciudad del estado de Tennessee se juzga a un profesor por enseñar a sus alumnos la teoría de la evolución de las especies. El darwinismo se enfrenta a una burda y fundamentalista teoría del creacionismo en una explosiva batalla judicial entre el abogado defensor Henry Drummond (Tracy) y el líder ultraconservador Matthew Harrison Brady (March). Basada en hechos reales. (FILMAFFINITY)
25 de febrero de 2023
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu (Jn, 3,8)
Este versículo del Evangelio es por lo que el título de esta película se refiere a los creyentes como los herederos del viento.
Reducida a la mínima expresión, confronta la ciencia de su tiempo con las milenarias historias de la Biblia pero no aporta gran cosa. A pesar del empeño en colmarla de nominaciones que reconocían así su planteamiento racionalista, no la otorgaron ningún premio porque los personajes y los diálogos resultaban patéticos. Los listos discutiendo con los tontos.
Bueno pues, ya en 1960, los "tontos" podrían haber aportado argumentos resolutivos que hubieran permitido avanzar en esta cuestión que, no me lo explico, deberíamos haber zanjado hace décadas y además habría convertido esta cinta en un referente sobre el particular. Oportunidad desaprovechada y decepción de los que estuvieran interesados.
Si usted, que me lee ahora, es de los que están interesados, le ofrezo los argumentos que le negó Stanley Kramer en su penosa producción.
La forma en que explica la creación el Génesis no es para el hombre crecido, es para el hombre recién nacido. Adán es su figura y, sí, es un símbolo.
Creacionismo y Evolucionismo cuentan la misma historia, el nacimiento del mundo, y las dos son ciertas. Los cristianos debemos contar las dos, una a los niños y otra a los mayores. Los paganos quizá lo tengan más difícil con los niños.
¿Cómo le explicamos a una niña de cuatro años cómo nacen los niños?
En los albores de la humanidad, ¿cómo explicarle al hombre ya erguido -aunque tan ignorante como yo, como mi vecino- el origen de su pequeño mundo, del pequeño universo que él puede contemplar? ¿Con la ciencia del siglo XXI?
El Génesis lo explica. Me lo explica a mí, cristiano, que creo en la sencilla explicación de los científicos de hoy sobre la pequeña parte que contemplamos del Universo pero que está muy alejada de la que ofrecerán los científicos de mañana -si llegamos a mañana-.
Que la fe de los diferentes credos, antagónica de la razón -la manzana de la que comieron Adán y Eva-, anteponga la explicación del Génesis a las propuestas científicas de nuestro tiempo la sitúa en el ridículo y nos perjudica a sus fieles.
El Génesis es un sencillo cuento oriental; pero el Génesis es cierto. Papá pone una semillita en la tripa de mamá y en su interior va creciendo un hermanito. Si mi Dios le explicara a un aventajado biólogo molecular cómo se origina y transmite la vida, este no podría comprenderlo.
Digo esto para ayudar a la conciliación entre la fe -mi Fe- y la ciencia, por mi propio interés, para que todos los cristianos no seamos considerados tan tontos y fanáticos como las caricaturas de esta película.
Si continua interesado, le ofrezco algunas claves del Genésis en el spoiler y muchos son capaces de comprender bastantes más.
Este versículo del Evangelio es por lo que el título de esta película se refiere a los creyentes como los herederos del viento.
Reducida a la mínima expresión, confronta la ciencia de su tiempo con las milenarias historias de la Biblia pero no aporta gran cosa. A pesar del empeño en colmarla de nominaciones que reconocían así su planteamiento racionalista, no la otorgaron ningún premio porque los personajes y los diálogos resultaban patéticos. Los listos discutiendo con los tontos.
Bueno pues, ya en 1960, los "tontos" podrían haber aportado argumentos resolutivos que hubieran permitido avanzar en esta cuestión que, no me lo explico, deberíamos haber zanjado hace décadas y además habría convertido esta cinta en un referente sobre el particular. Oportunidad desaprovechada y decepción de los que estuvieran interesados.
Si usted, que me lee ahora, es de los que están interesados, le ofrezo los argumentos que le negó Stanley Kramer en su penosa producción.
La forma en que explica la creación el Génesis no es para el hombre crecido, es para el hombre recién nacido. Adán es su figura y, sí, es un símbolo.
Creacionismo y Evolucionismo cuentan la misma historia, el nacimiento del mundo, y las dos son ciertas. Los cristianos debemos contar las dos, una a los niños y otra a los mayores. Los paganos quizá lo tengan más difícil con los niños.
¿Cómo le explicamos a una niña de cuatro años cómo nacen los niños?
En los albores de la humanidad, ¿cómo explicarle al hombre ya erguido -aunque tan ignorante como yo, como mi vecino- el origen de su pequeño mundo, del pequeño universo que él puede contemplar? ¿Con la ciencia del siglo XXI?
El Génesis lo explica. Me lo explica a mí, cristiano, que creo en la sencilla explicación de los científicos de hoy sobre la pequeña parte que contemplamos del Universo pero que está muy alejada de la que ofrecerán los científicos de mañana -si llegamos a mañana-.
Que la fe de los diferentes credos, antagónica de la razón -la manzana de la que comieron Adán y Eva-, anteponga la explicación del Génesis a las propuestas científicas de nuestro tiempo la sitúa en el ridículo y nos perjudica a sus fieles.
El Génesis es un sencillo cuento oriental; pero el Génesis es cierto. Papá pone una semillita en la tripa de mamá y en su interior va creciendo un hermanito. Si mi Dios le explicara a un aventajado biólogo molecular cómo se origina y transmite la vida, este no podría comprenderlo.
Digo esto para ayudar a la conciliación entre la fe -mi Fe- y la ciencia, por mi propio interés, para que todos los cristianos no seamos considerados tan tontos y fanáticos como las caricaturas de esta película.
Si continua interesado, le ofrezco algunas claves del Genésis en el spoiler y muchos son capaces de comprender bastantes más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Algunas claves del Génesis contadas a un niño de cuatro años y reflexionadas por un creyente adulto.
La apariencia de Dios: Las capacidades de Adán no le permiten ver a Dios pero puede escuchar su voz. Por eso cree en Él. Es lo que me pasa a mí. "A Dios nadie le ha visto jamás" nos revelará Jesús. No se esconde, es que no tenemos capacidad para ver todo lo que existe. Hasta una rapaz ve mejor que yo, el Adán del cuento.
El paraíso: Un lugar en el que estando junto a Dios seríamos dichosos.
El origen del universo-mundo y seres vivos-hombre. La explicación de los siete días es la más fácil de entender. Bastante mejor que la del big-bang que, aun siendo cierta, usted tampoco es capaz de explicar ni siquiera después de habernos visto todos esos documentales. Pero eso no es irreconciliable con que mi Dios es el origen.
El árbol del bien y del mal: Es la razón. La diosa razón de la Ilustración. El orgullo de nuestra especie, el gran ídolo de nuestra era. La razón nos aleja de Él, de Dios. Por eso nos prohibió comer la manzana. Quizá le haya pasado a usted o me llegue a pasar a mí.
Amamos a nuestro perro porque él nos ama y es libre de hacerlo. No es lo mismo con un perrito robot de los japoneses que obedece a ciegas. El hombre es libre para amar a Dios -y a otras personas- y no lo sería si no tuviera alternativa. La alternativa es el fruto del árbol prohibido: elegir la razón y negar a un Dios que no ve y aceptar a uno que si ve; sí, en efecto, se trata de la serpiente.
La serpiente: Lo dice bien claro. Es Satanás. El mismo diablo que Jesús expulsara en múltiples ocasiones de los endemoniados ante decenas de testigos. El mismo diablo que, evos después, se mantiene en el ideario colectivo y, sí, al igual que la serpiente del cuento, se puede ver, tiene una atractiva apariencia: éxito, riqueza, fama, poder... y nos convence fácil de que si es bueno para mí no importa nada más, puedes usar a los demás.
¡Ojo! que si lo de la serpiente solo es un cuento oriental, la culpa de mis maldades es solo mía.
La tentación: Cómetela, solo es una manzana y te hará mucho más dichoso. Pero el Génesis explica lo que sucederá después. Te alejaras de Dios y dependerás solo de ti ¿Le pasa a usted?
Hay claves más profundas, como la creación del hombre a imagen y semejanza de Dios, el crimen de Caín..., pero no están a mi alcance, un modesto técnico. El Génesis en lo referido a la Creación no se inventa nada pero tiene que poder entenderlo un niño de cuatro años. Lo que no veo bien es que mi Iglesia lo acepte literalmente, porque nos perjudica a todos, creyentes e incrédulos.
Gracias por su paciencia y mejor aún si le proporciona algún provecho.
La apariencia de Dios: Las capacidades de Adán no le permiten ver a Dios pero puede escuchar su voz. Por eso cree en Él. Es lo que me pasa a mí. "A Dios nadie le ha visto jamás" nos revelará Jesús. No se esconde, es que no tenemos capacidad para ver todo lo que existe. Hasta una rapaz ve mejor que yo, el Adán del cuento.
El paraíso: Un lugar en el que estando junto a Dios seríamos dichosos.
El origen del universo-mundo y seres vivos-hombre. La explicación de los siete días es la más fácil de entender. Bastante mejor que la del big-bang que, aun siendo cierta, usted tampoco es capaz de explicar ni siquiera después de habernos visto todos esos documentales. Pero eso no es irreconciliable con que mi Dios es el origen.
El árbol del bien y del mal: Es la razón. La diosa razón de la Ilustración. El orgullo de nuestra especie, el gran ídolo de nuestra era. La razón nos aleja de Él, de Dios. Por eso nos prohibió comer la manzana. Quizá le haya pasado a usted o me llegue a pasar a mí.
Amamos a nuestro perro porque él nos ama y es libre de hacerlo. No es lo mismo con un perrito robot de los japoneses que obedece a ciegas. El hombre es libre para amar a Dios -y a otras personas- y no lo sería si no tuviera alternativa. La alternativa es el fruto del árbol prohibido: elegir la razón y negar a un Dios que no ve y aceptar a uno que si ve; sí, en efecto, se trata de la serpiente.
La serpiente: Lo dice bien claro. Es Satanás. El mismo diablo que Jesús expulsara en múltiples ocasiones de los endemoniados ante decenas de testigos. El mismo diablo que, evos después, se mantiene en el ideario colectivo y, sí, al igual que la serpiente del cuento, se puede ver, tiene una atractiva apariencia: éxito, riqueza, fama, poder... y nos convence fácil de que si es bueno para mí no importa nada más, puedes usar a los demás.
¡Ojo! que si lo de la serpiente solo es un cuento oriental, la culpa de mis maldades es solo mía.
La tentación: Cómetela, solo es una manzana y te hará mucho más dichoso. Pero el Génesis explica lo que sucederá después. Te alejaras de Dios y dependerás solo de ti ¿Le pasa a usted?
Hay claves más profundas, como la creación del hombre a imagen y semejanza de Dios, el crimen de Caín..., pero no están a mi alcance, un modesto técnico. El Génesis en lo referido a la Creación no se inventa nada pero tiene que poder entenderlo un niño de cuatro años. Lo que no veo bien es que mi Iglesia lo acepte literalmente, porque nos perjudica a todos, creyentes e incrédulos.
Gracias por su paciencia y mejor aún si le proporciona algún provecho.