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Voto de El de la última butaca:
8
Cine negro. Drama. Romance. Thriller Johnny Farrell (Glenn Ford), un aventurero que vive de hacer trampas en el juego, recala en Buenos Aires. Allí lo saca de un apuro Ballin Mundson, el propietario de un lujoso casino, que acaba haciendo de él su hombre de confianza. Un día, Mundson le presenta a su esposa Gilda. Su sorpresa no tiene límites: fue ella precisamente quien lo convirtió en lo que es: un ser cínico y amargado. (FILMAFFINITY)
11 de junio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta imprescindible referencia cinematográfica la vi proyectada en el salón de actos del Colegio de abogados de A Coruña, concretamente el pasado día treinta de mayo. Es la segunda obra que veo en el "Cine Fórum" para colegiados que allí se organiza cada cierto tiempo, y que congrega a un buen número de interesados.

Primero me gustaría, brevemente, referenciar el contexto de la película: Terminada la contienda más sangrienta de la Historia, Hollywood, que seguía inmerso en su edad de oro, tras el horror vivido en el conflicto (con tanta muerte y destrucción) da luz verde a que aflorasen una serie de largometrajes que querían, digamos, volver a dar color a la sociedad, o más bien, a la vida.

Hay otros títulos destacados que serían, incluso, mayores referentes a lo que he mencionado arriba, pero no por ello debemos dejar pasar esta interesantísima obra de culto.

Estamos ante una película rodada en blanco y negro, y ésto la envuelve en un aura que aumenta el misterio e incluso, las diferentes tonalidades del negro, jugando virtuosamente con el "claro oscuro", conquistarán a aquellos que las sepan apreciar. Visualmente es brutal.

El guión (que una vez echada a rodar la película, no estaba acabado), también nos pone a prueba. Bien es cierto que a pesar de no ser perfecto, éste le da mucha vida a la película, presentándose ésta como un excelente "Thriller" a mayores de ser una obra encajada dentro del "Cine Negro" de la época.

Luego estarán las interpretaciones (imprescindibles y ya estudiadas al milímetro), las cuales están encabezadas por Glenn Ford y Rita Hayworth.

Glenn Ford, que luchó en Francia durante la Segunda Guerra Mundial (quién sabe si él era uno de esos soldados americanos que llevaban fotografías de Rita entre sus objetos), nos ofrece una interpretación de gran calado.

Él, que en ese momento era un actor con poco peso en la Industria del Cine, supo sacarle gran provecho a su papel consiguiendo otras ofertas muy jugosas que se le presentaron raíz de ésta.

La preciosísima Rita Hayworth que vemos, (artista que fue todo un icono en su época, y que también hay que decir que tuvo una desdichada trayectoria vital con un trágico final), nos ofrece una interpretación también magnífica.

Ella, respecto a la canción que entona en un par de escenas en el tramo final del film, no es la que verdaderamente canta. El baile es suyo al 100%, sí, pero no la voz que escuchamos.

También hay que destacar el papel de George MacReady. Su personaje está dotado de un gran misterio que, sin duda, se beneficiará de la tonalidad de la obra.

Se ha especulado mucho respecto a la relación entre los personajes de Ford y MacReady, llegándose a aseverar que había entre ellos un vínculo de carácter homosexual.

No lo sé, interpretarlo vosotros y sacar vuestras conclusiones.

La mítica bofetada que se ve en la obra (y que sí se da) ha pasado a la historia del cine. Incluso, las dos personas que la protagonizan, hicieron en el 52 otra película similar a ésta (por no decir otra cosa...) Repitiéndose incluso la bofetada.

Se rodó mayormente en cerrado. Apenas encontramos planos en abierto. La escenografía está, eso sí, muy cuidada.

Como anécdota deciros que un tipo entrado en años que asistió a la proyección dijo que reconocía varios de los sitios que salen en la obra. (Esta persona al parecer viajó a Argentina en los 80). Imaginaros la cara que se le quedó cuando le dijimos que, prácticamente, se había rodado en su totalidad en escenarios de estudio.

Ese mismo día también se comentó que el director del largometraje (al parecer, persona de muy difícil trato), tan complicado era de llevar debido a su mal humor que, el día de su entierro, no acudió nadie.

Gracias por leer.
El de la última butaca
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