No soy muy fan de las películas de superhéroes, y quitando los clásicos de Supermán y el Batman de Burton no he visto mucho más, por eso mi poco interés en esta nueva versión del héroe alado.

Al final me dejé convencer (porque en el fondo soy una blanda) y me he llevado una gran sorpresa, no sólo me ha entretenido, si no que me ha gustado.

En las anteriores películas (y sé que no es bueno comparar, pero yo no he leído el cómic y desconozco muchas cosas de Batman) la historia se desarrolla porque sí. Batman no tiene superpoderes, sólo cuenta con una serie de artilugios que le hacen tener una ventaja sobre los malos, pero... ¿De donde han salido? ¿Cómo aprendió Bruce Wayne a pelear así? ¿Qué fue lo que provocó su necesidad de limpiar las calles?

Nolan nos muestra a una persona como tú y como yo (sin que le afecte la crisis eso si...) que por avatares del destino un día se topa con una persona que le enseña a defenderse, a moverse sin ser visto, a escabullirse en las sombras... ese es el comienzo de Batman.

Ahora conocemos a la persona antes de convertirse en el héroe, una visión original y sorprendente del hasta ahora misterioso hombre-murciélago.