La película narra la historia de dos hermanos que intentan buscar una salida a través del boxeo, de una vida típica de barrio deprimido, rodeados de marginalidad, delincuencia y drogas. Bale es una antigua leyenda del boxeo atrapado por las drogas y anclado en su glorioso pasado. Ambas circunstancias provocan que no sea la mejor compañía para su hermano. Por suerte, Wahlberg conoce a una chica que le abre los ojos y consigue poco a poco que su vida y su entorno mejoren. Después de superar varios problemas, todos consiguen ponerse de acuerdo para remar en la misma dirección y relanzar la carrera de Mark.

Al tratarse de una película de boxeo, puede que a mucha gente no le resulte agradable, aunque el director ha sabido narrar la historia invirtiendo el menor metraje posible en escenas de combates. Lo más interesante sin embargo es la historia de fondo, que habla de lo difícil que puede ser para alguna gente salir de la marginalidad cuando el entorno no es el adecuado, y de la posibilidad de ver una luz al final del túnel si existe un objetivo que merece la pena.

La ambientación es buena, y las interpretaciones de los protagonistas me han parecido de alto nivel. El aire de cotidianidad le resta algo de épica a la película, lo cual supone un lastre para que esta cinta se encarame al olimpo de las mejores películas de boxeo. En cualquier caso, un producto totalmente recomendable.