No esperaba mucho de esta película, no os voy a engañar. Me parecía el típico relleno que Netflix encarga para ofrecer novedades un viernes cualquiera, pero la verdad es que ha estado muy bien. Quizás sea porque la película la hace un director alemán, y eso le da un toque diferente y europeo frente a todo el cine de atracos de Hollywood tan trillado hoy en día, o simplemente sea porque logra encontrar su encanto natural para destacar entre tantas producciones. Dicho todo esto, estamos ante una película con toques de comedia, romance y por supuesto atracos, unos donde la apertura de cámaras acorazadas copa el protagonismo, incorporando secuencias muy logradas de cómo se activa los diferentes mecánismos de estas cajas fuertes. No estamos ante una Casa de Papel ni mucho menos, no se complican los planes y con unas cuantas pinceladas se va desarrollando los diferentes golpes. Quizás lo que menos me haya atrapado es la parte de romance, un pelín mal llevada y hasta cierto punto aburrida, terminando por ser un lastre para el resto de la película. Por el lado contrario incluye varios momentos de trepidante acción bien ejecutados (la mano de Zack Snyder como productor se nota), y luego todo lo que supone viajar por Europa le da un plus: no es lo mismo protagonizar una fuga en la República Checa que en Wisconsin la verdad. En definitiva, creo que os gustará, quizás se os haga un poco larga pero tiene mucho encanto la película.