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España España · Zaragoza
Voto de Juan Solo:
8
Drama Nueva York, 1961. Llewyn Davis (Oscar Isaac) es un joven cantante de folk que vive de mala manera en el Greenwich Village. Durante un gélido invierno, con su guitarra a cuestas, sin casa fija y sin apenas dinero lucha por ganarse la vida como músico. Sobrevive cantando en pequeños garitos, pero, sobre todo, gracias a la ayuda de algunos amigos que le prestan su sofá para pasar las frías noches. De repente, decide viajar a Chicago para ... [+]
3 de enero de 2014
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tú sabes más que nadie, Llewin, que el pasillo que conduce a la fama es angosto y estrecho. Hay que avanzar lento y despacio, en fila india y de uno en uno. Y al final, sólo unos pocos alcanzan la meta, al final hay un último obstáculo que superar, dos puertas se alzan ante ti, una a la izquierda, otra a la derecha. Y hay que hacer una última elección. Así de absurda y de arbitraria es la vida. Y de injusta, un día estás arriba del todo y al siguiente tocas fondo. Has de conducirte con cuidado, Llewin, y no dormirte, mantén los ojos fijos en el camino y no bajes la guardia. Alguien puede estar apuntándote con un bastón y hacer lo que quiera contigo. Budú incluso. Te estará vigilando y quizá decida por ti. Observará tus pasos vagando por la ciudad mientras el frío te cala los huesos. Sin hogar ¿Cómo te sientes? Like a rolling stone, como un auténtico don nadie, un verdadero desconocido ¿Cómo te sientes?

No desesperes, Llewin. Sé que tu momento llegará. Lo sé porque los tiempos están cambiando. Definitivamente, van a cambiar, lo vas a ver. Y a veces, una caída es la mejor manera de tomar impulso y subir. Todo el mundo te quiere, Llewin. Los niños te sonríen en el metro y siempre hay alguien dispuesto a ofrecerte un plato de comida caliente por más que les decepciones una y otra vez. Siempre hay unos ojos que te miran entornados suplicando que no le abandones. Porque, aunque parezca que el mundo se empeña en darte la espalda, todos te queremos. Tu padre, al que cantarás esa canción que él mismo te cantaba en su regazo cuando eras pequeño, también te quiere a su manera. Quizá tu hijo, si es que algún día tienes alguno, pueda también llegar a quererte. No lo olvides, Llewin, sigue luchando, porque tienes amigos, y eso sin duda es tu mejor abrigo, es tu verdadero hogar.

Los hermanos Coen dirigen esta película con la clase y la elegancia a la que nos tienen acostumbrados. Saben colocar los elementos precisos en los momentos adecuados y se rodean como siempre de los peones necesarios para despachar una obra de impecable factura. Buena culpa de ello la tiene la delicada fotografía de Bruno Debonnel que nos retrotrae a tiempos de respuestas en el viento. Ahí está también, como no podía ser menos, su impagable banda sonora y un competente reparto en el que nadie parece dar una nota más alta que otra. Sobresale, claro, la voz solista y la mirada tierna de un siempre ajustado Oscar Isaac. Todo ello para conformar este bello retrato en sepia de la derrota y del fracaso. Que desprende una emoción singular que se mastica poco a poco y que deja poso. Nobody knows you when you are down and out. Sí, pero el fracaso no es más que la cara B del triunfo. La vida es así de absurda, injusta y arbitraria. La vida es como una película de los Coen.
Juan Solo
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