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España España · Barcelona
Voto de Maximillian:
10
Intriga Scottie Fergusson (James Stewart) es un detective de la policía de San Francisco que padece de vértigo. Cuando un compañero cae al vacío desde una cornisa mientras persiguen a un delincuente, Scottie decide retirarse. Gavin Elster (Tom Helmore), un viejo amigo del colegio, lo contrata para un caso aparentemente muy simple: que vigile a su esposa Madeleine (Kim Novak), una bella mujer que está obsesionada con su pasado. (FILMAFFINITY)
13 de noviembre de 2020
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
La prestigiosa revista Sight & Sound del Instituto Británico de Cine, solicita cada década, desde 1952, la opinión de un extenso grupo de importantes críticos cinematográficos para elaborar una lista con las mejores películas de la historia.

En 2012 se produjo la última votación y Vértigo encabezó por vez primera esa lista, tras 50 años de reinado continuado de “Ciudadano Kane”.

Vértigo, obra maestra indiscutible del genial Alfred Hitchcock, como toda obra maestra tiene múltiples lecturas y aproximaciones.

Desde el punto de vista argumental puede contemplarse desde su simple trama policiaca acerca del complot para el asesinato de una mujer, hasta una torturada reflexión sobre el deseo y la muerte, pasando por la historia de la obsesión patológica de un detective por recuperar el recuerdo de una mujer muerta.

Técnicamente está plagada de aciertos entre los que destaca su singular uso del código de colores, el verde para la evocación y el recuerdo y el rojo para la pasión y el deseo.

Es memorable en este sentido recordar la primera aparición de la enigmática Madeleine, bellísima Kim Novak, observada a hurtadillas desde la barra por el detective John 'Scottie' Ferguson, encarnado por James Stewart, en el lujoso restaurante Ernie’s de San Francisco, decorado hasta la saturación en un apasionado y destellante color rojo, ella aparece como un espectro, etérea e inalcanzable, vestida de azul con una estola verde y parece deslizarse, flotar, en lugar de caminar, igual que hacía la señora Dambers en “Rebecca”. Su aparición somete a Scottie a un hechizo del que ya no se podrá liberar.

O la reveladora escena de la recuperación del fantasma en la habitación del sórdido hotel Empire, en la que Judy, de nuevo Kim Novak) culmina su gran acto de entrega por amor y Scottie materializa su obsesión necrófila, iluminados por una fantasmal luz verde mientras se besan y la cámara gira alrededor de ambos participando de su pasión.

Vértigo, permanece también como referente por su magistral creación de atmósferas, desde la iluminación de una espectral y mágica San Francisco que jamás fue tan bien fotografiada como lo hizo Robert Burks, complementado por la inolvidable banda sonora del grandísimo Bernard Herrmann, sin olvidar los enigmáticos y sugerentes títulos de crédito diseñados por Saul Bass.

Vértigo se convierte así, en la expresión máxima del cine, un auténtico manual de cómo narrar una historia desde diversos puntos de vista, con imágenes envolventes, subyugantes y fascinantes, llenas de significados, sugerencias y dobles sentidos, en las que caben diversas realidades, la que denominamos tangible y la que existe en los profundos recovecos de la mente y del alma, allí donde anida el espectro de Madeleine.
Maximillian
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