La verdad es que soy de esos pocos a los que Tarantino nunca ha decepcionado. Más bien al revés, me acabó de conquistar con una de mis pelis favoritas, Kill Bill y me hizo tragarme todo lo que hace e incluso todas las mierdas que se basan en "producida por", "según idea de" y demás milongas que utilizan la QT como reclamo. Fresca, irreverente y mucho más profunda de lo que puede parecer a primera vista vuelve a centrarse en un periodo histórico difícil como hizo con la maravillosa Malditos Bastardos y lejos de utilizarlo sólo para hacer fricadas y meter un par de chistes, nos vuelve a regalar un guionazo maravillosamente interpretado en su mayoría que nos retrotrae a esos sábados por la tarde en los que nos montábamos en el brazo del sofá y cabalgábamos como locos.
Lo mejor: Foxx, un megaquesazo. DiCaprio, un grandísimo actor en un rol pequeñito.
Lo peor: Ella, sosa, blandengue y nada convincente. Muy guapa, eso sí...