Haz click aquí para copiar la URL
España España · Poniente de Mallorca
Voto de psmelbr:
5
Drama Star (Sasha Lane), una chica adolescente, deja a su disfuncional familia para unirse a un equipo de venta de suscripciones de revistas, que recorre, vendiendo puerta a puerta, el mediooeste estadounidense. Rápidamente se siente a gusto en ese grupo de jóvenes, al que también pertenece Jake (Shia LeBeouf), y adopta su estilo de vida, entre veladas bañadas en alcohol, pequeños delitos e historias de amor…
18 de febrero de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues No. No terminé de ver la película. Mi cerebro se desmoronaba, se adormecía intentando sacar algo sustancial a una trama road-movie de casi tres horas. Sopor, siesta, algún ruido estridente que me desvelaba, y vuelta atrás por si acaso me había perdido algo. Así pues, al tercer intento allá por el minuto 135, sin la recompensa esperada opté por un partido de fútbol. Lo siento, lo intenté, y no volverá a ocurrir...

Siempre he pensado que las road-movies intentan reflejar el realismo de sus personajes. De una manera u otra, se centran en la huida, la transformación, la mutación o el renacimiento, e incluso la muerte cuando la carcasa mental de los protagonistas toca fondo sin aliento hormonal para volver a ascender. Y casi todas ellas tienen algo que expresar, ya sea un trauma nunca superado, una huida del maltrato familiar, el desarraigo, o esa inadaptación a nuestro medio salvaje "perfectamente" organizado llamado civilización. Según el barrio o entorno del que se huye en la road-movie, la vida del personaje atormentado suele transcurrir desde la muerte profética del viejo yo hacia una nueva dimensión emocional, o tal vez, se nos presenta una revalorización del presente para acabar asentándose en la conformidad, o también la superación personal de los personajes afectados. Incluso, algunos personajes vuelven atrás, tras miles de kilómetros, por fin conscientes del "tesoro" que nunca deberían haber abandonado.

En "American Honey", durante casi tres horas ocurren cosas, como no, una huida hacia ninguna parte, vivir el momento, jóvenes pobres casi desesperanzados, "despojados", apartados, o almas en tránsito que escuchan letras musicales "pornográficas", consumen drogas, encienden su fogata y sobreviven sin rumbo pidiendo limosna (con maestría y elegancia, buen palique) a los lugareños. Fin. Eso es todo.

Es evidente que debemos observar, leer entre los fotogramas todo aquello que se da por obvio, principalmente no tener trabajo o esa merma de estabilidad económica suficiente para no sentirse jóvenes apartados del escenario común a los demás mortales que fundan una familia, compran una vivienda, disfrutan de vacaciones pagadas, y pueden permitirse un seguro médico en la tierra de los sueños.

American Honey son casi tres horas en las que impera esa dejadez juvenil, esa sensación de derrota, son 160 minutos de "quejidos" mulares imprecisos sin entrar en los personajes, aunque he de confesar que quizás, entre soponcio y soponcio, me perdí la causa de su irracional origen y destino. ¿Acaso no hay salidas? ¿Es así en realidad cómo luchan algunos jóvenes por lograr sus metas? ¿Rendirse entre fiesta y fiesta escuchando temas musicales como las alabanzas de un polvazo matutino? American Honey nos presenta una derrota disfrazada, en ese tono festivo mediante auxilios del crack, pero sin mojarse, no vaya a ser que algunas verdades desvirtúen el efecto sangrante de la globalización fagocitante hacia los menos capaces y competitivos, quizás. ¡Cuidado! nos vamos a pasar de metraje. Mejor no mencionar la imparable robotización sustitutiva del salario como fuente de vida, o ese problemilla de la superpoblación mundial y sus consecuencias letales, la inmigración invasora de esos neo-pagadores de las pensiones que actúan como hordas reductoras de salarios dignos, frenando aún más poca natalidad de los autóctonos.... A pesar de todo, American Honey da que pensar, porque en su pasivo flirteo por las costumbres de unos jóvenes perdedores, en ruta "alegre" o despreocupada, otros no actúan así, afortunadamente, y la sociedad, por sí misma se adapta o reacciona votando (ese último recurso) a ilusionistas voceros del oportunismo como Trump, un fenómeno social "inesperado". Cuidado, entramos en temas fangosos de sintonías fascistas. Mejor no mojarse, Sí, tal vez sea lo mejor...Entonces, ¿sólo hablamos de la pasividad inherente a una parte de la juventud con sangre de horchata? Ojo, he dicho una parte. Es lo que tiene el "pecado" de un metraje largo, que si no te atrae, si no se saben usar las armas para encandilarte, todo acaba en una pecaminosa pérdida de tiempo.

Nota: 4,9... digamos que tampoco es tan mala.
psmelbr
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow