Haz click aquí para copiar la URL
España España · Alicante
Voto de Titacho:
10
Acción. Intriga. Thriller Un hombre amnésico es rescatado por la tripulación de un barco pesquero italiano cuando flota a la deriva en el mar. No lleva nada consigo. Sólo las balas que lleva clavadas en la espalda y un número de cuenta de un banco suizo que lleva adherido a la cadera. Carece de identidad y de pasado, pero posee unas serie de talentos extraordinarios en artes lingüísticas, marciales y de autodefensa que sugieren una profesión de riesgo. Confuso y ... [+]
29 de junio de 2018
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acostumbrados como estábamos a las películas surrealistas de James Bond, Misión imposible y compañía, fue una auténtica sorpresa y un verdadero soplo de aire fresco el estreno en 2002 de “El caso Bourne”, reinvención absoluta del género de espías en la que Matt Damon borda uno de esos papeles que acompañan para siempre a un actor y que convirtió en su momento al amigo Matt en el actor más rentable de Hollywood gracias al taquillazo que supuso la saga de Bourne.

Espectaculares y trepidantes escenas de acción y persecuciones en coche, fotografía y montaje perfectos, una música que le va como anillo al dedo, fantásticamente bien rodada y sobre todo con un guión BUENÍSIMO, nada predecible y con interesantes giros, que huye de los estereotipos del género y nos presenta a un espía que no echa mano continuamente de gadgets alucinantes para hacer algo que no se cree nadie; Bourne en ningún momento se saca un lanzagranadas de la patilla de las gafas en un casino de lujo al que ha ido con smoking, ni salta de un avión en marcha para caer justo encima de una moto, ni hace surf en un tsunami a lomos de un tiburón blanco de 15 metros sino que siempre analiza la situación y se apaña con lo que tiene a mano (una simple revista o un bolígrafo se convierten en armas letales), en cada situación razona y traza un plan para ganar a su adversario y ese es el principal atractivo de la película, que intenta continuamente apartarse de los clichés de las pelis de espías. Eso sí, aunque sea más realista, veamos que la mayoría de las escenas las hace Matt Damon y no un doble y se aleje de lo que habíamos visto hasta ahora también tenemos situaciones pasadas de rosca y los malos no aciertan nunca al bueno por mucho que le disparen, son licencias obligadas en el cine de espías aunque sin llegar nunca a los límites alucinantes de las pelis de 007.

Las localizaciones son una pasada, en todas las ciudades por las que pasa la película ves que no hay engaño, las escenas están rodadas en cada una de esas ciudades y extrae lo mejor de ellas hasta el punto de convertirlas en un personaje más de la cinta (especialmente la persecución por las calles de París es de antología).

El desarrollo de la historia es buenísimo. Un hombre aparece flotando en medio del mediterráneo con dos balazos, sin memoria y con un extraño implante en la cadera que proyecta el número de una cuenta bancaria en Suiza, unos pescadores lo recogen y a partir de ahí intenta saber quién es y por qué tiene unas espectaculares habilidades. Por otro lado en la central de la CIA están flipando en colores porque uno de sus mejores agentes no sólo ha fallado en una misión importantísima y ultrasecreta sino que además se comporta erráticamente y no se pone en contacto con ellos. Lo fantástico del guión es que hay una única persona, sólo una, que tiene todas las piezas para entender qué está pasando: el espectador.

La historia (que apenas toma nada del libro original, ambientado en la guerra fría y, entre nosotros, no muy interesante), está tan bien escrita y hace tan atractiva la intriga que cuenta que nos tragamos con patatas y con la mayor naturalidad del mundo el cuento de la amnesia, posiblemente una de las situaciones más trilladas y de las que más se ha abusado en el cine, hasta el punto de que veamos totalmente lógico que un par de balazos acaben con la memoria de “una máquina de matar que costó 30 millones de dólares y se averió”.

“El caso Bourne” tuvo su continuación para convertirla en una de las mejores trilogías que se recuerdan …aunque luego Don Dinero obligó a hacer una cuarta y una quinta que ya no valen un pimiento, pero todas tienen su guinda perfecta: el “Extreme ways” de Moby.

Pero hablando de la primera, la que dio inicio a la saga, es espectacular e inteligente. Trepidante y original. GRANDE E IMPRESCINDIBLE.
Titacho
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow