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España España · Alicante
Voto de Titacho:
3
Serie de TV. Drama. Thriller Marco Mur es un empresario de éxito que arrastra un trauma desde la infancia, lo que le provoca una serie de problemas a la hora de relacionarse con las mujeres. Para satisfacer sus instintos, Marco acude con asiduidad a un club privado de sexo donde los miembros pueden dar rienda suelta a sus fantasías más inconfesables. (FILMAFFINITY)
12 de junio de 2019
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Instinto? El instinto asesino es lo que me sale a mí después de ver esto.

Personajes ridículos y sin ningún desarrollo, diálogos de vergüenza ajena, cochazos, casoplones, coca, ritmo de montaje inexistente y lo peor de todo: NOS AMENAZAN CON UNA SEGUNDA PARTE. ¿Pero qué les hemos hecho nosotros a estos guionistas para que nos torturen así?

El guión parece escrito por un adolescente recién salido de su primer taller de escritura de guiones (con todo mi respeto para los adolescentes recién salidos de su primer taller de escritura de guiones, son el futuro de nuestras series y películas, pobrecicos míos), lo mezclan todo, TODO, aunque no venga a cuento ni aporte nada a la historia, problemas de pareja, dramas familiares, adicciones al sexo (¿eso no lo tenemos todos?), denuncia social, tramas empresariales, malos tratos… te cuentan demasiadas cosas y no consigue que te intereses por ninguna. Y por si todo eso fuera poco te meten también a un hipnotizador, toma ya.

Además ¿quién escribe un guion en el que la gente treintañera se trata de usted en 2019? Y luego se tutean pero conservando el título, lo que da lugar a la frase más surrealista de la serie: “¿Necesitas ayuda, señorita Vergara?”¡¡¿¿Pero quien ha escrito esto??!!.

No te crees ningún personaje ni ninguna de las situaciones, te dejan caer que el muchacho protagonista tiene un trauma infantil para justificar escenas de sexo gratuito y un desnudo tras otro, la mayoría sin venir a cuento. Y no será porque no me gusten las escenas de sexo y los desnudos…pero bien hechas coño, y con un poquito de morbo, en “Instinto” no hay morbo ni escenas excitantes por ningún sitio, y mira que yo soy de excitación fácil. Intentan emular la escena de la orgía de la estupenda “Eyes Wide Shut” de Kubrik, pero sólo consiguen que te descojones de lo ridícula que es la copia.

Conforme pasan los capítulos el número de secundarios sube y sube y el interés baja y baja, aunque esto sirve para que gocemos de una increíble Elvira Mínguez, ella nunca falla.

Además como le pasa últimamente a muchas pelis y series españolas tiene una música estupenda (a ratos, sólo a ratos), pero que no pega ni con cola con la escena. Parece que los compositores piensan que si la partitura es buena ya da igual que le funcione o no a lo que está pasando en la pantalla en ese momento.

Por supuesto es inevitable hablar de Mario Casas, ese gran empotrador, ese hombre que supuestamente todos queremos ser, ese perejil de todas las salsas. El tío pone la misma cara de palo en todas las escenas de todas las pelis y series, da igual que esté pajeándose en la ducha, asesinando a alguien o cocinando magro con tomate. En esta serie además camina como un robot, nada sin gafas (¿¿??), y sale sin ropa (vamos, como siempre), pero ojo, que el tío bate su propia plusmarca, cuando empieza el primer capítulo tarda sólo un minuto y 16 segundos en salir en bolas. ¡¡¡¡¡01:16!!!!! Llamen al Guiness (y que se lo lleven, de paso).

No me resisto a hablar del gazapo: cuando el protagonista está en el club ahí colgado de la soga haciéndose un David Carradine está lógicamente en pelotas pero cuando cae al suelo lleva puestos unos calzoncillos negros. Juojuojuo, Mario Casas tapándose, esto sí que es noticia.


¿Y qué decir del final? Ay Dios mío, ¿pero qué final es este? ¿a quién se le ha ocurrido semejante barbaridad? Repugnante, absurdo, estúpido, delirante, vomitivo…¿sigo?

Conclusiones:

-Los guionistas necesitan follar más, así no escribirían estas tonterías.

-Mario Casas sigue sin ir a clases de dicción pero está cachas. Muy cachas. Envidia, sí, pero eso no lo convierte en una buena serie.

-El final de “Instinto” ya está en el olimpo de finales surrealistas al nivel del final de “Los Serrano”.

-A mí que me hipnotice Juan Diego Botto si hay segunda parte. Para no sufrir. Gracias.

-El prota tiene mucha pasta pero sólo usa un modelo de camisa, debe tener cientos y todas perfectamente planchadas pero siempre es el mismo modelo y color, ¿de qué sirve ser multimillonario si siempre vas vestido igual? Y encima una talla menos de lo que necesita el pobre hombre. Es que está muy cachas. La envidia, que es muy mala. Y la serie TAMBIÉN.
Titacho
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