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Voto de Fej Delvahe:
7
9 de diciembre de 2022
32 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
El presente filme muestra «la bomba de tiempo» que ha generado la socialdemocracia europea y su experimento multiculturalista importando millones de personas de cultura y religión islámica cuyos hijos y nietos nacidos ya en Europa, en gran medida no logran integrarse, reniegan del país de acogida y entregan su consideración no a la patria europea sino al síndrome «cabra tira al monte» o idealización de los países que abandonaron sus ancestros pidiendo ayuda.
Por un lado el director Romain Gavras nos viene a decir con esta película: «Prepárense, esos musulmanes que ustedes los europeos acogen entre sí creyéndolos “normales” les mostrarán la patita del Islam; están agazapados como les ordena el Corán, pero saltarán y pasarán a la acción cuando surja una chispa, porque el Islam, señores, es una secta de guerra».
Pero por otro lado el director Romain Gavras, tocado del típico complejo progre de los socialdemócratas, señala con insistente y vomitiva actitud de tibio que no quiere jugarse su pellejo frente a los bárbaros empoderados y en proceso de dominar Europa en cuestión quizás de pocos lustros o décadas, que la culpa de este ensayo multiculturalista fallido no es del Estado Socialdemócrata ni de sus policías entrenados por los políticos para machacar a los ciudadanos, sino de los nativos europeos que quieren salvaguardar sus costumbres, tradiciones y viejas patrias, a los que constantemente se descalifica como grupos de «extrema derecha», además de vincularlos, ¿cómo no?, con la cruz y el cristianismo; ya que el cristianismo y los nativos europeos son por típica añadidura los culpables de todo y los «malos-malísimooooos», mientras que al islam y a sus seguidores «hay que pensarlos como las víctimas o buenooooos buscadores de la paz que merecen compresión».
Fej Delvahe
Por un lado el director Romain Gavras nos viene a decir con esta película: «Prepárense, esos musulmanes que ustedes los europeos acogen entre sí creyéndolos “normales” les mostrarán la patita del Islam; están agazapados como les ordena el Corán, pero saltarán y pasarán a la acción cuando surja una chispa, porque el Islam, señores, es una secta de guerra».
Pero por otro lado el director Romain Gavras, tocado del típico complejo progre de los socialdemócratas, señala con insistente y vomitiva actitud de tibio que no quiere jugarse su pellejo frente a los bárbaros empoderados y en proceso de dominar Europa en cuestión quizás de pocos lustros o décadas, que la culpa de este ensayo multiculturalista fallido no es del Estado Socialdemócrata ni de sus policías entrenados por los políticos para machacar a los ciudadanos, sino de los nativos europeos que quieren salvaguardar sus costumbres, tradiciones y viejas patrias, a los que constantemente se descalifica como grupos de «extrema derecha», además de vincularlos, ¿cómo no?, con la cruz y el cristianismo; ya que el cristianismo y los nativos europeos son por típica añadidura los culpables de todo y los «malos-malísimooooos», mientras que al islam y a sus seguidores «hay que pensarlos como las víctimas o buenooooos buscadores de la paz que merecen compresión».
Fej Delvahe