En lo que a comedias románticas se refiere puede que ésta sea la número uno y digo esto por muchos motivos. Junto a Ninotschka es, sin duda, mi comedia favorita por sus justas dosis de dulzura y humanidad entendidas en el buen sentido. La Hepburn se sale, se come la pantalla y nos brinda una interpretación memorable de ésas que rozan la divinidad. Nadie puede permanecer indiferente ante sus encantos, todo en ella reluce como la plata de ley. Sus dotes artísticas quedan expuestas para el gran público prestas a enmudecer cualquier crítica. Se trata, sin duda, de una lección interpretativa por parte de la actriz. Las situaciones absurdas e hilarantes no están exentas de cierto candor lo que convierte al film en una experiencia mágica para el espectador quien, embelesado, asiste a un despliegue de talento sin paliativos. No en balde la cinta está muy bien considerada tanto por la crítica como por el público siendo un clásico mayúsculo dentro de su género. Una de las claves de su enorme éxito es, a no dudar, el guión y su ritmo casi frenético, muy americano y muy original, por cierto. Una delicia que nos hace soñar. Cualquier otro director hubiera sucumbido ante tal proyecto pero no así el señor Hawks quien vuelve a dar muestras de su gran maestría dejando que sean los actores quienes acaparen todo el protagonismo.

Inolvidable y muy inspirada ¿qué otra cosa puedo decir de La Fiera de mi Niña?