Película realmente extraña, como gran parte del cine de este peculiar director nipón que transita por la industria cinematográfica alternando películas comerciales con otras más "de autor" (algo así como Nicolas Cage). Está llena de imágenes perturbadoras y desconcertantes, aunque no llega a los extremos aberrantes de otros filmes como la gore "Ichi the killer" o la cómicamente grotesca "Visitor Q".

Miike plasma sus temores e inquietudes más oscuros en una cinta que parece que busca impactar y escandalizar al personal de forma gratuita. Pese a todo, se agradece que existan directores y actores dispuestos a arriesgarse para hacer algo como Gozu. Recomendada a la gente que le guste lo bizarro.