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España España · madrid
Voto de karba:
7
Thriller. Ciencia ficción El empleado de una clínica que se dedica a replicar enfermedades de famosos para el consumo público, se obsesiona tanto con una celebridad que se inyecta su enfermedad. Pero, después, tendrá que encontrar una cura antes de que el tiempo se agote. (FILMAFFINITY)
1 de septiembre de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un futuro cercano. Corporaciones médicas con estancias en blanco aséptico. Planos estáticos con puntuales desenfoques. Mucho silencio y frialdad expositiva. Agujas hipodérmicas por doquier. Máquinas mutantes. La enfermedad como mercancía. El cuerpo humano como origen del terror. Si a cualquier cinéfilo le ponen encima de la mesa estos parámetros, como el perro de Paulov salivará y la respuesta será unánime: David Cronenberg.

Los genes son puñeteros, pero la voluntad artística debería ser una elección. Para bien y para mal, ANTIVIRAL, la ópera prima de Brandon Cronenberg, está ligada a la obra de su padre. Quizás sea algo injusto, pero es imposible sustraerse de esa influencia frente al moroso, estilizado y frío universo que Cronenberg Jr. nos propone por decisión propia. Película de combustión lenta y cadencia que quiere ser hipnótica, ANTIVIRAL parte de una idea tan brillante como perturbadora: en una sociedad vacía las enfermedades de los famosos se convierten en mercancía, inyectarse sus virus una forma de simbiosis con las celebrities, y comer filetes de VIPS genéticamente tratados lo último en gastronomía. Syd trabaja para una de estas empresas, pero en sus ratos libres testea los virus que vende en su propio cuerpo, como un yonqui de la enfermedad, hasta que su obsesión por una de esas celebridades le llevará demasiado lejos...

ANTIVIRAL no es una película de fácil digestión y tiene el peligro de que su hermosa estética y sus abundantes silencios existenciales funcionen como un somnífero. Conectar con su enchufe conceptual es la premisa básica para poder valorar (y disfrutar) esta extraña película que, además de la indiscutible mano de Brandon para crear una personal y potente plástica audiovisual, descansa sobre los frágiles hombros de Caleb Landry Jones, que desarrolla un trabajo sensacional a partir de su peculiar físico en esta kafkiana historia. A pesar de sus arritmias, sus pretensiones exageradamente artys, y la inevitable y odiosa comparación con su señor padre, ANTIVIRAL es un debut en el largo que ya quisieran muchos. De esas que te van minando las neuronas poco a poco y te acaban dejando mal cuerpo, cual supuraciones de un sistema capitalista enfermo.

Ahora queda la prueba de fuego: certificar si con su segunda película tendremos dos Cronenbergs a los que seguir. Estaremos atentos, Brandon.

http://sesiongolfademondozombie.blogspot.com.es/
karba
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