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España España · Barcelona
Voto de rober:
6
Drama Dakota del Sur, 1959. Cuando el rebelde Kit Carruthers (Martin Sheen) conoce a la joven de 15 años Holly Sargis (Sissy Spacek), decide dejar atrás su mediocre vida y alcanzar el triunfo sea como sea. Pero tras un trágico incidente, ambos jóvenes se convierten en fugitivos. (FILMAFFINITY)
12 de enero de 2013
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La he visto en diciembre de 2012, es decir, casi cuarenta años después de su estreno. Sin duda, eso puede influir en mi opinión. Vista ahora, la película desprende más tensión por la fuerza de las imágenes que por su argumento, cosa que quizá no ocurría en 1973. Martin Sheen interpreta a un niñato sin dos dedos de frente que se cree un rebelde sin causa y que, como James Dean (a quien se empeña en parecerse físicamente), parece querer morir joven. Para ello no tiene otra ocurrencia que matar a todo el que se le presenta por delante, en una huida de no se sabe qué y hacia no se sabe dónde. Eso sí, la culpa no es suya, sino de las circunstancias... Todo ello en un país en donde descerrajar un cargador contra cualquier ser humano resulta ser muy fácil. Y la cuestión más curiosa es que en esa alocada carrera le sigue su novia, una muchachita aún más niñata y descerebrada, que puede seguir sin el menor escrúpulo a quien ha matado a su padre, en un extraño sentimiento difícil de entender, entre el amor y la admiración... Pues muy bien...

El tono crítico de la película es indudable. La torpeza y falta de valores de la sociedad americana, el nihilismo de la juventud, el sometimiento de la mujer hacia el hombre, el romanticismo impostado, la libertad mal entendida, el concepto de responsabilidad...

Eso sí, la película resulta muy interesante por la forma inteligente en que está rodada. Para mí, es un acierto el hecho de poner el punto de vista en el personaje de Sissy Spacek. La manera en que se muestra el desierto americano recuerda incluso a algunos westerns. El coche circulando campo a través nos trae a la memoria imágenes de cowboys atravesando las praderas a caballo. El hombre condicionado en su conducta por el clima y el entorno. Y, por supuesto, algunas escenas tienen una fuerza visual increíble, como la pareja bailando en mitad del desierto a la luz de los faros del automóvil. Terrence Malick apuntaba maneras de gran cineasta.
rober
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