FA
colaborador
Media votos
5,6
Votos
11.648
Críticas
629
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de reporter:
2
![](https://filmaffinity.com/images/myratings/2.png)
3,8
2.333
Terror. Thriller
En la tranquila y pequeña ciudad de Riverton, dice la leyenda que un asesino en serie juró regresar para matar a los siete niños que nacieron la noche que él murió. Muchos años después vuelve a haber desapariciones. ¿Se ha reencarnado el psicópata en uno de los siete adolescentes o sobrevivió aquella noche que le dieron por muerto? Sólo uno de los chicos sabe la respuesta. (FILMAFFINITY)
11 de junio de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alabado sea Wes Craven, eterno maestro (simple alumno aventajado para otros) del terror; principal responsable de iconos tan influyentes dentro del género como Freddy Krueger, Papa Júpiter o Ghostface. Larga vida al creador... y largo descanso el que parece pedir a gritos. Hay ocasiones en las que una película parece salir de la pantalla, rompiéndose así la cada vez más fina barrera que separa la realidad de la ficción (si es que alguna vez ha existido), algo que Craven y su ampliamente contrastado gusto metafílmico ha conseguido en más de una ocasión. Hay veces en las que el visionado de una película exige una lectura entre líneas, pues lo que se ve en pantalla puede ser un mero reflejo del mensaje con el que el autor quería dotar a su criatura.
Ejemplo: a simple vista podría parecer que en 'El bosque', el ahora masacrado M. Night Shyamalan nos hablaba de un pueblo que vivía bajo la permanente amenaza de unos aterradores monstruos, pero en realidad ilustraba con maestría cómo el miedo puede ser la mejor herramienta de control social jamás concebida. En el caso de 'Almas condenadas', los ojos poco expertos no irán más allá de sufrir las insoportables aventuras de un grupo de niñatos perseguidos por un despiadado destripador, pero los más despiertos, a poco que presten atención a lo mostrado (tarea nada agradecida), verán con claridad meridiana a un director ya de edad avanzada, de pelo y barba blancuzca, agotado, cuyo amor hacia el séptimo arte es solo comparable a las ganas que debe tener de cogerse unas buenas vacaciones.
Ignoro las razones que llevaron al Sr. Craven a escribir y realizar 'Almas condenadas'. Las desconozco, pero creo poder deducirlas, porque no sería la primera vez (ni tampoco la última) en la que un artista se deja tentar por la llamada de Don Dinero. Poderoso caballero, sin duda, pero demasiado a menudo asesino implacable de la inspiración y la creatividad. De confirmarse su papel inductor en dicho filme, ésta sería la enésima prueba de que la recompensa económica puede ser argumento suficiente para que un proyecto llegue a las salas de cine... lo cual en absoluto tiene nada que ver con la calidad artística del mismo, que en este caso, ya puede decirse bien alto, brilla por su ausencia en todos los aspectos.
Ejemplo: a simple vista podría parecer que en 'El bosque', el ahora masacrado M. Night Shyamalan nos hablaba de un pueblo que vivía bajo la permanente amenaza de unos aterradores monstruos, pero en realidad ilustraba con maestría cómo el miedo puede ser la mejor herramienta de control social jamás concebida. En el caso de 'Almas condenadas', los ojos poco expertos no irán más allá de sufrir las insoportables aventuras de un grupo de niñatos perseguidos por un despiadado destripador, pero los más despiertos, a poco que presten atención a lo mostrado (tarea nada agradecida), verán con claridad meridiana a un director ya de edad avanzada, de pelo y barba blancuzca, agotado, cuyo amor hacia el séptimo arte es solo comparable a las ganas que debe tener de cogerse unas buenas vacaciones.
Ignoro las razones que llevaron al Sr. Craven a escribir y realizar 'Almas condenadas'. Las desconozco, pero creo poder deducirlas, porque no sería la primera vez (ni tampoco la última) en la que un artista se deja tentar por la llamada de Don Dinero. Poderoso caballero, sin duda, pero demasiado a menudo asesino implacable de la inspiración y la creatividad. De confirmarse su papel inductor en dicho filme, ésta sería la enésima prueba de que la recompensa económica puede ser argumento suficiente para que un proyecto llegue a las salas de cine... lo cual en absoluto tiene nada que ver con la calidad artística del mismo, que en este caso, ya puede decirse bien alto, brilla por su ausencia en todos los aspectos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Por mucho que en el fondo admiremos al bueno de Wes por los innegables méritos que ha ido cosechando a lo largo de su prolífica carrera, no menos cierto es que por el camino nos ha dejado alguna que otra cinta de difícil digestión (por no emplear calificativos malsonantes), pero con 'Almas condenadas' puede afirmarse que se sienta un horripilante precedente: nada, definitivamente nada funciona en este patético slasher, que amenaza primero con aburrirnos hasta la muerte con la historia de un sociópata que descarga todas sus frustraciones con una panda de jóvenes aspirantes a delincuente, y después con exterminar nuestras neuronas, invitándolas a pasear por los pasillos de un instituto con aspiraciones a Glee, Gossip Girl, o vaya usted saber qué.
¿Cómo se fuma todo esto? No se puede. Misión imposible. Y la culpa es, como la mayoría de estos casos, del director. Un director que se ríe del concepto de veteranía (como ya se ha dicho, seguramente por cansancio acumulado) firmando un trabajo que parece hecho por estudiantes. No hay introducción, hay un chapuzón en estilo planchazo que nos sitúa de la forma más patosa y precipitada imaginable en una trama que ya en los primeros minutos da signos del colosal disparate que está por llegar. Los elementos dramáticos y de tensión (aquellos que el propio realizador y su amigo Kevin Williamson decían añorar tanto en las sucesivas entregas de la saga 'Scream') se emplean siempre a destiempo, los tópicos más engorrosos del género se acumulan (no faltan los imbéciles que se sienten inexplicablemente atraídos por ruidos sospechosos provinentes de pasillos oscuros, y que no paran de repetir a grito pelado aquello de ''¿Hay alguien allí?''... un clásico), y un larguísimo etcétera. Ni las escenas en las que el cuchillo es el máximo protagonista tienen la mínima gracia, haciendo gala todas ella de una ejecución digna del peor de los debutantes. Quiero(¿?)-no-puedo. Y por no poder, el espectador no puede ni reírse, por lo extremadamente lamentable del conjunto. ¿Es la peor película del Sr. Craven? Seguramente, y lo peor es que seguramente a poquísima gente va a importarle... quizás te lo merezcas, Wes. Felices vacaciones, por cierto.
¿Cómo se fuma todo esto? No se puede. Misión imposible. Y la culpa es, como la mayoría de estos casos, del director. Un director que se ríe del concepto de veteranía (como ya se ha dicho, seguramente por cansancio acumulado) firmando un trabajo que parece hecho por estudiantes. No hay introducción, hay un chapuzón en estilo planchazo que nos sitúa de la forma más patosa y precipitada imaginable en una trama que ya en los primeros minutos da signos del colosal disparate que está por llegar. Los elementos dramáticos y de tensión (aquellos que el propio realizador y su amigo Kevin Williamson decían añorar tanto en las sucesivas entregas de la saga 'Scream') se emplean siempre a destiempo, los tópicos más engorrosos del género se acumulan (no faltan los imbéciles que se sienten inexplicablemente atraídos por ruidos sospechosos provinentes de pasillos oscuros, y que no paran de repetir a grito pelado aquello de ''¿Hay alguien allí?''... un clásico), y un larguísimo etcétera. Ni las escenas en las que el cuchillo es el máximo protagonista tienen la mínima gracia, haciendo gala todas ella de una ejecución digna del peor de los debutantes. Quiero(¿?)-no-puedo. Y por no poder, el espectador no puede ni reírse, por lo extremadamente lamentable del conjunto. ¿Es la peor película del Sr. Craven? Seguramente, y lo peor es que seguramente a poquísima gente va a importarle... quizás te lo merezcas, Wes. Felices vacaciones, por cierto.