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España España · Barcelona
Voto de reporter:
7
Drama Rumanía, 1987: el país se encuentra bajo el férreo régimen comunista de Ceaușescu. Otilia y Gabita son estudiantes y comparten habitación en una residencia. Gabita está embarazada, pero no quiere tenerlo. Las jóvenes acuerdan un encuentro con un tal Mr. Bebe para que le practique un aborto ilegal en la habitación de un hotel. (FILMAFFINITY)
22 de enero de 2008
19 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante los últimos años ha planeado una inquietante duda sobre el festival de Cannes. La concesión de la Palma de Oro es cada vez más controvertida, con lo que no es de extrañar que año tras año la opinión del gran público con respecto a ella sea menos unánime. Siempre hay una o dos grandes favoritas a llevarse tan ansiado premio, pero al último momento aparece el filme que apenas constaba en alguna quiniela para acabar llevándose el gato al agua. Cómo se explica este fenómeno? Será una consecuencia directa del sistema del “presidente del jurado” (véase a Quentin Tarantino dejando boquiabierto al personal al dar la Palma de Oro a ‘Fahrenheit 9/11’)? Echando un vistazo al palmarés de los últimos diez años es difícil no preguntarse si será un patrón que responda a una voluntad de acercar al gran público el cine más exótico y a priori minoritario. O quizás todo será una mera coincidencia ya que en realidad se está premiando a la mejor película? No corresponde a este humilde cinéfilo resolver este enigma, sino más bien centrarse en ‘4 meses, 3 semanas y 2 días’, que sin ser perfecta, a mi entender es una de estas películas realmente duras y necesarias.

El primer gran acierto de Mungiu se traduce en dos palabras: sobriedad absoluta. En el filme no hay lugar para ninguna clase de floritura con la cámara, ni con las luces, ni mucho menos con la fotografía. La banda sonora es inexistente. Por ello no es de extrañar que abunden largos planos estáticos, escenas con cámara al hombro y actores fuera del encuadre. Lo que puede ser considerado como una manera de poner a prueba la paciencia del espectador (es cierto, la austeridad técnica no ayuda precisamente a dar ritmo a la historia), es a la vez la mejor manera de crear un excelente marco intimista que supone la presentación ideal para la trilogía de historias subjetivas que tratan sobre el comunismo en Rumanía.

Precisamente el subjetivismo es el segundo punto fuerte del filme, lo que hace que casi todo el peso de la trama recaiga en los actores, que en todo momento están a la altura. Para retratar el régimen comunista rumano de la época, Mungiu se centra exclusivamente en las dos estudiantes y su entorno. Es curioso que a lo largo del filme la autoridad haga acto de presencia en una sola escena… y a través de dos oficiales medio bebidos! Sin embargo, la represión está presente en cada fotograma a través del miedo que infunda tanto en Otilia como Gabita.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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