Ya ha hecho un bodrio Julio Medem. Solo espero que no lo elogien y aprenda de su error. Todo en esta película es vacío y absurdo. Y la crítica al mundo machista que pretende introducir es facilona, plana y hueca. Solo consigue generar vergüenza ajena en el espectador, que no da crédito al darse cuenta de que Medem lo está tratando como un niño tonto sin cerebro.
Nada en la película parece estar rodado ni escrito por el autor de maravillas como las que ha hecho.
Ver el mar me hacia añorar las escenas acuáticas de Najwa y Tristán Ulloa en "Lucía y el sexo". Ver nevar me hacía extrañar el frío que pasaba otra Ana en "Los amantes del círculo Polar". Los tono anaranjados del desierto hacia que recordase con pena los cultivos de "Tierra". La pretendida intriga de la película me hizo recordar cuanto mejor trabada estaba la historia de la "Ardilla Roja". Y la única escena que me emocionó de "Caótica Ana" (el baile con su padre) queda a años luz de la escena final en el puerto con el reencuentro de los amantes en, otra vez, "Lucía y el sexo". Cualquier segundo de estas películas contiene más belleza y emoción que los aburridísimos 110 minutos de "Caótica Ana".