Historia de una familia de mafiosos napolitana, Gomorra muestra sin concesiones la violencia, los falsos principios, y las luchas de poder entre los clanes mafiosos. Gomorra se presenta inicialmente desde un enfoque realista y crudo tanto en las formas como en el fondo, respirando una atmósfera visceral y violenta, y apoyándose en personajes poco carismáticos y vulgares que parecen recién trasladados de la calle al plató.

Su estilo visual no seduce, no hay maestría en la filmación de las secuencias, que son un realismo sombrío. Los desconocidos actores a duras penas superan el reto interpretativo. La mayoría no pasan el listón deseable en una producción televisiva que se precie de una mínima calidad. No quedan en la memoria del espectador ni personajes bien configurados ni escenas para recordar. La historia de fondo es vulgar. En todos estos sentidos su homóloga “Roma Criminal” de estilo visual similar, la supera ampliamente. Los acertados giros del guión son lo más destacado.

Que ofrece entonces esta serie al espectador? Stefano Sollima, su director, con los escasos ingredientes anteriores imprime ritmo al guión, genera climax psicológico, tensión dramática, y en algunos personajes lleva a los altares la morbosidad de lo vulgar, con lo que consigue, al margen de la calidad de la serie, un indiscutible enganche para su continuo visionado.