Autor de varios documentales y cortometrajes Arturo Méndiz no es un desconocido en este campo y tampoco en el tema, sus padres son originarios de Salinas, un pueblo en la confluencia del Cinca y el Cinqueta (Pirineo de Huesca) con 10 habitantes y ningún niño. En El lápiz, la nieve y la hierba aborda el poco conocido tema de los Centros Rurales Agrupados, en este caso el CRA Cinca-Cinqueta que engloba a los 6 pueblos mencionados en el título, en el Pirineo oscense, a pocos kilómetros de Francia. El documental nos acerca a la realidad educativa de los maestros y los niños de Primaria en lugares bastante despoblados, dando voz a los profesionales, a los niños y también a los padres, un homenaje a quienes trabajan en condiciones difíciles y en parte vocacionalmente.
Las escuelas tienen muy pocos niños, además son de diferentes cursos, a veces también de infantil por lo que es bastante complicado organizar las clases y hacer actividades en común. Ni que decir tiene que nieva a menudo y la situación se complica.
Son zonas muy despobladas, de difícil acceso, de una belleza espectacular y donde no es fácil adaptarse, el día a día es muy diferente a lo que nos imaginamos estando un fin de semana o viendo el documental.
Un homenaje a un trabajo que ha sido tradicionalmente vocacional, el de maestro, muy importante y en estas circunstancias bastante más duro: "Es un trabajo cansado a veces, pero precioso", dice el maestro de 7 niños de Chistén.
Es un documental dinámico, atractivo para todos aquellos interesados en temas pedagógico-educativos, antropológicos, sociológicos y en las montañas y la naturaleza. En general adolece de una estructura lógica y en aras del dinamismo el espectador puede sentir que los datos se ofrecen de manera un tanto desordenada, pero merece la pena y mi nota es un 7. Enhorabuena a Arturo Méndiz.