Siempre es agradable ver una película que protagoniza Daniel Day-Lewis, y si encima está dirigida por Stephen Frears pues la expectación es mucho mayor.
Tenía unas ganas enormes de verla ya que aparte de lo que he comentado anteriormente, este film se había llevado en su día el Oscar al mejor guión original.
Mi sorpresa fue que la cuando terminé de ver la película comprobé que no me entusiasmó demasiado. Es más, tiene bastantes momentos que son un poco plastas; y sinceramente el guión no me parece tan bueno como se dice. La historia tiene ciertos pasajes que no me resultaron para nada interesantes, y para ser humildes no entendí el porqué ocurren.
Creo que los personajes se comportan de manera poco coherente, aunque entiendo el ocultamiento de la relación sentimental de sus protagonistas en ese contexto. Lo que no llego a comprender son otros comportamientos tanto de sus protagonistas como de otros personajes. Por otro lado, se observan algunas escenas que pienso que están tratadas de manera muy bruscas y secas, dejando al espectador con una sensación de que cortan la escena sin terminarla.
En fin, una película que me ha decepcionado ya que aunque cuente con algunos momentos buenos y alguna que otra frase ingeniosa; lo que predomina es una gran cantidad de escenas incoherentes acompañadas de unas interpretaciones bastante flojas; a excepción de Daniel Day-Lewis.