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Voto de JuanCádiz:
2
Comedia. Fantástico Una cesta va flotando por el río Rin cuando, repentinamente, un pequeño puño sale de su interior destrozándola. Se trata del pequeño Sigfrido, un niño de poderes extraordinarios e incontrolables. El herrero Mime le salva de las aguas y le adopta. Pronto Siggy, así le conocen en el pueblo, da pruebas de su gran fuerza y se convierte en la pesadilla de sus vecinos. Pasa el tiempo, Siggy ya es adulto, pero sigue viendo el mundo con los ... [+]
5 de septiembre de 2009
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
A priori piensas que como esta broma no dura más de 85 minutos, por muy fea que se pusiera la cosa se podría llegar hasta el final de ella sin ningún tipo de problema. Error. Esta película navega como por otra macabra dimensión y por cada 10 minutos de proyección tu sesera experimenta 30 de angustiante tortura anímica. Tanto es así que de los dos intentos de un servidor por tragársela, 40 fueron los consumados en el primero de ellos y 15 en el segundo. Y hasta aquí llegué, que no es poco.


El tal Sigfrido es un fulano que pretendía ser híbrido de entre Astérix y el fantástico Chris Peterson de "Búscate la vida". Algo falló en el intento y la mezcla explosiva resultó una desastrosa combinación de entre el clásico tonto del pueblo y su putísima madre; pero todo ello multiplicado por diez mil.
De verdad que Tom Gerhardt provoca ante la pantalla muchas cosas y ninguna de ellas son ni constructivas ni agradables. Yo personalmente le arrancaría los párpados y luego le abandonaría en medio del desierto en un día de fuerte levantera; o por el contrario me acercaría a él con media sonrisa y sin mediar palabra le propinaba una señora paliza parando sólo cuando fuese evidente que dejó de respirar.

La película pretende ser desternillante escena sí, escena también. Quiere que termines retorcido y dolorido de la risa en cada una de sus frases y de las muecas de los partícipes. Tristemente no consigue su objetivo en ni un sólo gags. Todo lo contrario. Consigue que poco a poco la mala leche se vaya apoderando de ti.

Una gilipollez en toda regla. Si te la encuentras en un mal día puede sacar lo peor de ti. Lo mejor que puedes hacer es cerrar los ojos, darte la vuelta y correr todo lo que puedas sin mirar hacia atrás. No pares de correr.
JuanCádiz
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