Titanic se divide claramente en dos pelis: una peli de amor pomposo pero simpático y llevado a buen ritmo dentro de un barco que se sabe va a hundirse, pero que a nadie le importa demasiado y una peli que finalmente opta por registrar la historia más verídica, aquí se acentúan los datos corroborados y cada escena junto con cada efecto especial cuajan muy bien.

Primera parte:
Romeo y Julieta dentro de un contexto cerrado de clases separadas cultural/económicamente y un montón de peripecias que fluctuan entre lo serio y lo cómico. Los actores cumplen, no lucen pero tampoco pueden porque parece que los vestidos y la puesta en escena cobran un papel preponderante. Se aman dentro de un sueño idílico, tan idílico como la figura que representaba el Titanic, el barco que no podía hundirse. La descripción de las clases sociales y cierta obsesión por detalles culturales e históricos dotan a esta primera parte de un más que ameno visionado..una hora y media de pura comedia romántica.

Segunda parte:
Se desata la tragedia, entran en juego los datos históricos y los testimonios de los sobrevivientes para que las escenas de ritmo trepidante adquieran tonos más realistas que en la hora y media inicial. El amor idílico se rompe junto con el Titanic, que empieza a hundirse y los efectos especiales se despliegan con soltura, con grandes inversiones técnicas.

La obra culmina con un tono sugestivo y conmovedor pero no logra tapar un bache demasiado grande como para obviar: es que la verdad de este trágico suceso histórico ha quedado en manos de una historia convencional en donde se lavan muchas miserias. La honestidad de la peli está pero, o muy por encima, o muy por debajo de ella.