El cine industrial tiene estas cosas: levanta cadáveres, los viste a la moda y te hace creer que todavía rinden "como cuando estaban vivos". Hansel...es un ejemplo más sobre viejas antiguedades resucitadas. Todas tienen los mismos rasgos de estilo: ¿En qué se diferencian entregas como El llanero solitario, Sherlock Holmes y ésta de Hansel y Gretel? En poco, cuando lo más correcto sería agregar que las historias originales no se asemejan en nada.

Wirkola toma el producto y lo adapta a estos tiempos: el problema no es esta peli, sino los vicios bastardos innecesarios. Explosiones, disparos, grasitud. Son pelis "grasas", sin gracia, con ese estilo tosco y bruto rayano en la estupidez que te la hacen pasar por comedia. La comedia no existe, existe la parodia del "mira como nada concuerda con el mito original", y el contraste delirante en el que deviene. Hansel...parte de la fábula ya conocida, le agrega una idea nueva (niños convertidos en adultos-cazadores) y a partir de ahí reacciona comercialmente, como una máquina. El secreto del cine pochoclo no radica en comer ese producto porque te ofrecen diversión en una peli, sino en observar que cada pochoclo es ultra similar al resto de sus hermanos contenidos en la bolsa y en la pantalla. La fórmula serial se multiplica, y ya todo es pochoclo.

La peli en sí se analiza como se analiza a Sherlock Holmes o al Llanero solitario: analizaste a una y ya las descubriste a todas. Pero con una excepción: Hansel y Gretel carece de la chispa de sus hermanas. Es un cuento infantil llevado a la fuerza a ese falso terreno adolescente del "los pibes piden estos productos". Lo más honesto sería decir que los pibes se adaptaron a esta basura y que la oferta no es la demanda. La demanda dejó de provenir del sector juvenil, actualmente es un círculo industrial de trampas explícitas: "vas a ver lo que te ofrezco porque es la moda". ¿La moda de quién?