Director ignoto de policiales, pero mucho más prestigioso a la hora de colgarse del terror, Kiyoshi encontró en Pulse una sensibilidad que no se frecuenta dentro del género. Elude el tópico y apuesta a la sugerencia, al detalle y a las sombras; por eso mismo Kairo se acerca más a una cinta de pura angustia que a una peli de terror al uso. La premisa es sencilla: el mundo está siendo invadido por fantasmas...o por seres que supieron ser concretos para devenir cada vez más en meros entes abstractos. Aquí es donde quiero detenerme, porque si bien en la obra hay escenas que te erizan el pelo en realidad el planteo subterráneo está más enfocado hacia el vacío existencial que hacia la aparición de seres de otros planos. Por decirlo mejor: la trama del fantasma chocarrero es una excusa para que el director esboze una realidad mucho más consistente.

La cuestión es que los resultados son debatibles: priman los escenarios cerrados y poco definidos por el uso de las penumbras en contraste inmediato con otras escenas plenas de color que sirven para medir en la balanza el sentir gradual del espectador hacia una experiencia de desasosiego. No obstante, hay demasiados planos cerrados para tratar el sentimiento global que nos ocupa, mientras que los planos generales son contados, por lo que la noción de un mundo hundido en las sombras vá más por la palabra que por lo netamente mostrado. Y las palabras: al principio contadas, luego exageradamente redundantes...por momentos la imagen ya nos explica todo y la palabra viene después a corroborar lo ya evidente. Por último: el concepto detrás de la sinopsis. Este se siente y comprende a la hora y veinte, el resto de la peli es un corretear desesperado detrás del mismo mensaje, por ende la peli termina por cerrar su idiosincracia mucho antes de lo debido. O le sobra metraje o le falta síntesis, o las dos cosas.

Sin embargo, por hacer de nuestro mundo un lugar cada vez menos definido e intangible, por lograr hacernos pasar un mal rato a fuerza de meras presencias oscuras sin mediación del susto barato. Por estos factores Kairo se acerca mucho más a la idea del cine de terror ideal que el resto de las pelis del género actuales.