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Voto de Redrum:
8
7,6
56.396
Aventuras. Drama
Hispanoamérica, siglo XVIII. En plena jungla tropical junto a las cataratas de Iguazú un misionero jesuita, el padre Gabriel (Jeremy Irons), sigue el ejemplo de un jesuita crucificado, sin más armas que su fe y un oboe. Al ser aceptado por los indios guaraníes, Gabriel crea la misión de San Carlos. Entre sus seguidores está Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), ex-traficante de esclavos, mercenario y asesino, que buscando el perdón se hace ... [+]
15 de diciembre de 2006
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Emotiva, hermosa fotografía y banda sonora, te transporta aquel paraíso perdido. Interpretaciones impecables. Robert De Niro, es el único actor capaz de emocionarme, hasta las lágrimas, ojo con aquella escena, es un mensaje espiritual para todos. Jeremy Irons, sin palabras, en un papel inolvidable. La calidad de este actor, no tiene limites. También con escenas con mucha carga de emotividad. Voy a ver más películas de Roland Joffé, ya que “La Misión”, no quiero rallarla, tantas veces que la he visto, no dejen de verla, les hará bien para el espíritu.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Ya mis amigas y amigos cinéfilos, lo dijeron todo en la parte técnica y argumento del filme a lo que también me sumo. Sin embargo, el comentario de “La Misión”, lo quiero graficar de la siguiente forma: Me emocione en dos oportunidades, durante la película. La primera cuando el “Mercenario”, Rodrigo Mendoza (R. De Niro) paga su penitencia y lleva esa tremenda carga, de armas y escudos de guerra, durante todo el viaje a la misión, junto a los jesuitas, como una forma de pagar sus pecados. Luego se encuentra cara a cara con aquellas personas, que perseguía, mataba y vendía como esclavos (los originarios de América). Solo un actor como De Niro, logra emocionarme, hasta las lágrimas. Esta escena la puedo comparar como la expiación y liberación de los pecados, que todos tenemos y que se grafica con esa carga o mochila que durante la vida vamos llenando y no dejamos que se libere. El corte a la cuerda, que realiza el indígena, simboliza para Mendoza, el perdón de Dios y el saneamiento del alma.
El segundo momento, fue la crueldad del final, donde personas indefensas, mueren por culpa de las ambiciones y de la falta de comprensión de aquellos que se consideraban civilizados y gritaban a los cuatro vientos que los indios eran “animales”, ¿Quienes habrán sido los verdaderos ANIMALES? (españoles y portugueses y todos aquellos que vinieron a echarle a perder la vida a los verdaderos dueños de la bella Sudamérica). La maldad y la crueldad del hombre, no tiene límites, hasta nuestros días.
La convicción del padre Gabriel, (Jeremy Irons) que con la fe y el amor, (con la misma fuerza que tomó la cruz) se puede llegar al corazón del hombre, sólo la pudo apagar una ráfaga de disparos. Y como le confesó antes de morir a Rodrigo Mendoza: “Si el poder tiene la razón...entonces no hay lugar para el amor en este mundo...puedo ser, puede ser. No tengo fuerzas, para vivir en un mundo así”. ¿Triste y desolador no? Ante esta afirmación, mis ojos, se llenan de lágrimas. Los históricos sucesos te hacen reflexionar, que efectivamente, como dice un tema de una banda de thrash-metal, slayer: “Al sur del cielo queda el infierno”.
El segundo momento, fue la crueldad del final, donde personas indefensas, mueren por culpa de las ambiciones y de la falta de comprensión de aquellos que se consideraban civilizados y gritaban a los cuatro vientos que los indios eran “animales”, ¿Quienes habrán sido los verdaderos ANIMALES? (españoles y portugueses y todos aquellos que vinieron a echarle a perder la vida a los verdaderos dueños de la bella Sudamérica). La maldad y la crueldad del hombre, no tiene límites, hasta nuestros días.
La convicción del padre Gabriel, (Jeremy Irons) que con la fe y el amor, (con la misma fuerza que tomó la cruz) se puede llegar al corazón del hombre, sólo la pudo apagar una ráfaga de disparos. Y como le confesó antes de morir a Rodrigo Mendoza: “Si el poder tiene la razón...entonces no hay lugar para el amor en este mundo...puedo ser, puede ser. No tengo fuerzas, para vivir en un mundo así”. ¿Triste y desolador no? Ante esta afirmación, mis ojos, se llenan de lágrimas. Los históricos sucesos te hacen reflexionar, que efectivamente, como dice un tema de una banda de thrash-metal, slayer: “Al sur del cielo queda el infierno”.