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Voto de Redrum:
8
8,2
108.408
Bélico. Drama
Durante la guerra de Vietnam, al joven Capitán Willard, un oficial de los servicios de inteligencia del ejército estadounidense, se le ha encomendado entrar en Camboya con la peligrosa misión de eliminar a Kurtz, un coronel renegado que se ha vuelto loco. El capitán deberá ir navegar por el río hasta el corazón de la selva, donde parece ser que Kurtz reina como un buda despótico sobre los miembros de la tribu Montagnard, que le adoran como a un dios. (FILMAFFINITY) [+]
6 de julio de 2008
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El encuentro con el horror, el miedo y la hora más oscura del ser humano, es lo que más me impacta y sobrecoge de esta cinta del director de “El Padrino”. Vale la pena mencionar, que Coppola casi quedo en la ruina, por ser uno de los principales productores de esta bajada hacia el infierno, que significó la filmación de la película en islas Filipinas y sus dificultades para sacar el proyecto adelante. Curiosamente Coppola ha tenido dificultades con sus obras cumbres.
“Apocalipsis…es la denigración humana, locura, falsedad, hipocresía, muerte lenta y mentiras. “No hay algo que odie más que la epidemia o peste de las mentiras” (Coronel Kurtz, Marlon Brando)
“Apocalipsis…es la denigración humana, locura, falsedad, hipocresía, muerte lenta y mentiras. “No hay algo que odie más que la epidemia o peste de las mentiras” (Coronel Kurtz, Marlon Brando)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Después de ver la versión completa (Redux). Cabe mencionar, las actuaciones de Martin Sheen, y de Marlon Brando, Capitan Wilard y el Coronel Kurtz, respectivamente. El primero, es un “mercenario” esperando una misión, que le llega como pedido a su habitación. Sabe que la guerra destruyó su vida, su familia, sus esperanzas en el futuro y en el presente, lo único válido e importante para él es la guerra, como medio de escape, para su muerte espiritual. Cuando el capitán estaba en la jungla, echaba de menos su casa; cuando estaba en su hogar, echaba de menos, no tener una misión en Vietnam. Wilard comienza a admirar a una persona, que en algún momento tendrá que eliminar. Para ello tendrá que sumergirse en las profundidades del infierno humano. Décadas mas tarde, Charlie Sheen, su hijo, interpretaría a un soldado, en el mismo contexto de la guerra de Vietnam. En esta oportunidad el joven actor, descubriría la otra cara del horror y el sinsentido de esta guerra. Aceptable interpretación del Charlie, indudable que acá, tenemos a “un hijo de tigre”. De todas formas, Martín su padre, dejo la vara muy alta, con sus espectaculares y memorables escenas.
En cuanto al sorprendente Coronel Kurtz (Marlon Brando) entrega una interpretación breve, pero extremadamente sólida y efectiva. Es como si realmente la locura y el vació, lo habían invadido por completo…”El horror tiene rostro…Brando marca presencia, su calvicie, es un acierto, da una sensación de que ya no queda absolutamente nada.
Incluso Brando, dentro de toda esta oscuridad y vacío de su personaje, nos brinda una escena muy simpática, cuando se encuentra leyendo poesía y algunas incoherencias y el reportero gráfico, le explica a Willard que a lo que se refiere el coronel tiene que ver con dialéctica. Inmediatamente Kurtz trata de mixto a Hopper (muy gracioso). “Como un perro callejero”, exclama y le tira un libro, una más de aquellas míticas escenas a las cuales nos tiene acostumbrado Brando, derrochando su exquisita técnica y capacidad de improvisación, las cuales quedaran por siempre en nuestras retinas.
“Tienes derecho a matarme, a asesinarme, pero no a juzgarme, eso es justamente, lo que no hace perder, el juzgar”, declara Kurtz, en una memorable ultima intervención, antes que unas certeras estocadas, le proporcionen la liberación final de su alma.
Observación: Hay que tener en cuenta, que no es una película de corte bélico, sino más bien trata sobre la oscuridad del alma, lo que puede llegar a ser más aterrador.
En cuanto al sorprendente Coronel Kurtz (Marlon Brando) entrega una interpretación breve, pero extremadamente sólida y efectiva. Es como si realmente la locura y el vació, lo habían invadido por completo…”El horror tiene rostro…Brando marca presencia, su calvicie, es un acierto, da una sensación de que ya no queda absolutamente nada.
Incluso Brando, dentro de toda esta oscuridad y vacío de su personaje, nos brinda una escena muy simpática, cuando se encuentra leyendo poesía y algunas incoherencias y el reportero gráfico, le explica a Willard que a lo que se refiere el coronel tiene que ver con dialéctica. Inmediatamente Kurtz trata de mixto a Hopper (muy gracioso). “Como un perro callejero”, exclama y le tira un libro, una más de aquellas míticas escenas a las cuales nos tiene acostumbrado Brando, derrochando su exquisita técnica y capacidad de improvisación, las cuales quedaran por siempre en nuestras retinas.
“Tienes derecho a matarme, a asesinarme, pero no a juzgarme, eso es justamente, lo que no hace perder, el juzgar”, declara Kurtz, en una memorable ultima intervención, antes que unas certeras estocadas, le proporcionen la liberación final de su alma.
Observación: Hay que tener en cuenta, que no es una película de corte bélico, sino más bien trata sobre la oscuridad del alma, lo que puede llegar a ser más aterrador.