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Drama. Aventuras. Thriller
El Apolo XIII inicia su viaje a la Luna en abril de 1970. Cuando está a punto de llegar a su destino, se produce una explosión en el espacio que les hace perder oxígeno y, además, cambia el rumbo de la nave. La situación de los tripulantes se hace desesperada cuando el oxígeno empieza a agotarse. Mientras tanto, el mundo entero vive pendiente del desenlace de tan angustiosa aventura. (FILMAFFINITY)
18 de marzo de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante toda su historia la humanidad ha tenido aventureros que han ido donde nadie más había estado. Las migraciones en la prehistoria, el descubrimiento de América, la conquista de los polos, las exploraciones de Livingstone… Pero nuestro planeta hace ya tiempo que se nos quedó pequeño. No hay lugar de la Tierra que no haya sido fotografiado por decenas de satélites, y el espíritu que impulsó a todos esos seres humanos a ir allá donde nadie había pisado casi se acabó, pero no del todo. Aún nos queda un territorio por explorar, e irónicamente la inmensidad de lo desconocido es tan increíblemente grande que no hay mente humana en nuestra civilización que pueda abarcarlo ni imaginárselo en su totalidad. Aún estamos confinados en nuestro planeta. Aún debemos echar la vista al cielo y mirar más allá. Nuestra civilización está en la prehistoria de la investigación espacial, somos una pequeña aldea de salvajes que somos incapaces de construir un barco para abandonar nuestra isla y visitar las otras islas cercanas. Sí, las conseguimos ver en el horizonte, pero ningún hombre ha estado en ellas.
Una de las concesiones que debemos hacerle a la Guerra Fría fue que, gracias a la competición en la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, dimos el mayor impulso que se le ha dado hasta la fecha en la exploración de lo que hay más allá de nuestro planeta. Por desgracia esta carrera no se llevó a cabo por el hecho de que el ser humano necesite conquistar el espacio, o por los avances científicos, si no por el mero objetivo de quedar por encima de la otra superpotencia. Así que, una vez acabada la Guerra Fría, la carrera espacial sufrió una desaceleración. Y parece que no será este siglo recordado en nuestra historia como el del lanzamiento de la humanidad en la conquista del espacio.
Una de las concesiones que debemos hacerle a la Guerra Fría fue que, gracias a la competición en la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, dimos el mayor impulso que se le ha dado hasta la fecha en la exploración de lo que hay más allá de nuestro planeta. Por desgracia esta carrera no se llevó a cabo por el hecho de que el ser humano necesite conquistar el espacio, o por los avances científicos, si no por el mero objetivo de quedar por encima de la otra superpotencia. Así que, una vez acabada la Guerra Fría, la carrera espacial sufrió una desaceleración. Y parece que no será este siglo recordado en nuestra historia como el del lanzamiento de la humanidad en la conquista del espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En lo que respecta a la película, Apollo 13 narra los acontecimientos de la tercera misión tripulada del Proyecto Apollo cuyo objetivo era alunizar en nuestro satélite. La misión sufre varios problemas menores sin importancia, hasta que finalmente, en el segundo día tras el despegue, sufren una explosión en un tanque de oxígeno que cerca está de costarles la vida, y que les obliga a volver a la Tierra sin alunizar. Lo interesante de esta película, más allá de las concesiones usadas como recursos cinematográficos, es que es tremendamente fiel a lo que ocurrió aquellos días en la misión y en el centro de mando, pudiéndonos hacer una idea de la tensión que se vivió y de lo tremendamente capaces que eran las personas que pusieron al hombre en la luna.
No se le puede pedir más a esta producción. Y sirve para recordar, una vez más, que aún hay soñadores y aventureros en nuestra civilización, y que el día que nuestros políticos les dejen, allí estarán ellos para poner el pie en los lugares donde nunca nadie ha estado. Ni yo ni nadie con vida seguramente veremos el siguiente paso del hombre en este sentido, pero yo, ahora, brindo por el ser humano que lo consiga…
No se le puede pedir más a esta producción. Y sirve para recordar, una vez más, que aún hay soñadores y aventureros en nuestra civilización, y que el día que nuestros políticos les dejen, allí estarán ellos para poner el pie en los lugares donde nunca nadie ha estado. Ni yo ni nadie con vida seguramente veremos el siguiente paso del hombre en este sentido, pero yo, ahora, brindo por el ser humano que lo consiga…