Muchas son las cosas positivas que se pueden destacar de este primer capítulo de la aclamada serie británica: filmación, interpretaciones, tensión creada, y por encima de todo, el enturbiamiento de una atmósfera opresiva a nivel social, nacional. Vía la extrema libertad que nos otorga La Red...ja ja ja. Menuda estafa. Los movimientos estratégicos de una nación se toman ahora a golpe de visitas a vídeos de youtube, shares televisivos y número de "fenómenos" que estén hablando en la red por minuto sobre un suceso en concreto. Qué maravilla, qué preciosidad.
Aquí se lleva al extremo de poner en solfa la dignidad de todo un Primer Ministro de Inglaterra por un movimiento de la percepción social en la era virtual: no hacen faltan sondeos, tres tweets a tiempo y miramos los comentarios vía Google y ya sabemos qué hacer.
Claro que estos días no son los más idóneos para criticar esto: se está haciendo ahora mismo, por patético que resulte. Más democrático? En mi opinión, no.
Es una idea absurda estirada hasta el final, con poca sorpresa si quieres ser parte integrante del mundo actual donde el morbo enfermizo por lo que ocurre a otros vale más que la dignidad de una persona. Todo se justifica, todo se puede hacer, "experimentos sociológicos nunca vistos" que ya lo dijo la Milá hace diez años...en fin.
Está muy bien rodada e interpretada, lo que transmite es...desolador como las miradas de los que se apiñan al televisor. A algunos hasta les queda un atisbo de dignidad y apartan los ojos del espectáculo demencial que se les ofrece...
Nota: 6,90.