Ya la había visto en su momento, y al volver a hacerlo pensé en cómo de desfasados han quedado la estética y los comportamientos de los años noventa que se reflejan en la película.
Los personajes beben alcohol en cada reunión, la gente fuma en locales cerrados, los jeans se llevan por encima del ombligo, no asoman tatuajes por ninguna parte excepto en los criminales, el protagonista en un cerril machista y bastante racista -o al menos no converge en lo políticamente correcto hasta la náusea de hoy día-, etc etc etc.
Y el aroma es de producto carpetovetónico, supongo que igual en diez años tendrá su encanto como lo tienen ahora las películas de policías perdedores de estética imposible de los años setenta para nosotros.
El reparto no está nada mal con Rhames, Gleeson y Davidovich acompañando al protagonista Russell. La pareja de jóvenes -Speedman y Michele- estaban emergiendo en sus carreras y ambos descarrilaron; o al menos yo les he perdido la pista por completo.
Se puede ver, aunque abundan los clichés y el trasfondo del caso Rodney King apenas se utiliza como coartada para una persecución durante las revueltas.
Nota: 5,30.