Película que no descubre la penicilina precisamente, pero que logra lo que se propone: esto es, que sientas la presión a la que está sometido el protagonista. Una presión desde el mundo de los millonarios eso sí -las penas con pan son menos-, pero que hacen que un hombre que lo tiene todo elija tirar para adelante pese a quien pese.
Gere y Sarandon están bien en papeles que ya han hecho en otros films similares, y Roth hasta ha hecho una serie de policías. Es una película correcta, y no se hace pesada pese a que todo tenga un aire de dejá vu. Los mejores momentos coinciden con la presencia de una Susan Sarandon en plena madurez, y las artimañas que muestra son tremendas para el común de los mortales que lidie con cumplir con sus obligaciones respecto de estos "señores del dinero", que manipulan las grandes cifras como quien juega con la consola.
Entretenida y llevadera, nota: 5,85.