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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
7
Drama Durante un hermoso verano, un escritor, siempre demasiado ocupado y de temperamento frío y distante, va a pasar unos días con sus hijos, un adolescente y una joven con problemas mentales, que está casada con un médico que la cuida con gran ternura. Su estancia en la isla donde viven sus hijos desencadena una crisis que los afecta a todos, pero especialmente a él, porque toma conciencia de su incapacidad para darle a su familia lo que espera de él. (FILMAFFINITY) [+]
7 de junio de 2020
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Después de ver “Los comulgantes”, la segunda pata de la trilogía del silencio (para mí la mejor de las tres), ardía en deseos de ver “Como en un espejo”. Confieso que esperaba otra cosa. No es tan accesible como “Los comulgantes” ni tan críptica como “El silencio”.

Como ya he dicho en otras críticas de Bergman, quizá su problema es la cantidad de obras maestras que atesora y que uno siempre espera ver. Intenta uno ver cronológicamente las películas de Bergman, cosa que nunca fue tan accesible como ahora con las nuevas plataformas-. A cada obra que veo, las expectativas crecen.

Cuatro personajes, cuatro, es todo lo que Bergman necesita:
-David, el padre: escritor de éxito que ha vivido exclusivamente por y para su obra, menospreciando a su familia
Karin: Casada con Martin. Tiene una enfermedad mental aparentemente incurable. Sufre delirios en los que cree ver a Dios. Su confidente es su hermano menor Minus.
Minus: El hijo pequeño de 17 años, en plena efervescencia hormonal, criado sin el cariño paternal. Carente de un referente moral.
Martin: Médico enamorado de su mujer, Karin; frustrado sexualmente ante la indiferencia de ésta, es incapaz de entenderla y apoyarla. Reprueba la actitud egoísta de su suegro.

Con estos 4 personajes, Bergman construye una obra ¿maestra? Para muchos sí. Personalmente la aprecio, incluso la admiro, pero no la amo de la misma manera que “Los comulgantes” o “Fresas salvajes”. Lo que es indudable es que explora las galerías internas del alma como nadie lo ha hecho. En “El silencio” dará otra vuelta de tuerca.

Harriet Anderson, el vértice donde se sustentan los personajes vuelve a brillar, esta vez desde la oscuridad, o desde la esquizofrenia, si lo prefieren. En realidad, desde su primera obra maestra “Un verano con Mónica”, o incluso antes, no hay ningún actor que parezca estar mal, creo que Bergman tampoco lo hubiera permitido. ¿Es también Bergman el mejor en la dirección de actores y actrices? ¨Posiblemente.

¿Qué decir de Gunnar Björnstrand? Ya sea pastor, escritor, su credibilidad traspasa la pantalla ¿Es aquí un alter ego del propio Bergman, dedicado en cuerpo y alma a su trabajo a costa de perder a su familia? Así parece.
El abordaje de cada personaje y las interrelaciones entre ellos es magistral. Decía Bergman que ésta era su primera película, que lo demás habían sido pruebas y estudios. Yo la considero una película notable, pero no me llega como otras.

Uno de los aciertos más grandes es el “in crescendo” de su ritmo. Al principio, los 4 personajes, de vacaciones, salen del mar como de la nada, riendo a carcajadas, en un ambiente de diversión. Poco a poco, se nos va mostrando la división familiar, las dudas y el soterrado desafecto. El vacío vital se va manifestando, la incomunicación es patente. La historia camina inexorablemente hacia la presencia de Dios (o no), tema capital.

El carrusel de emociones alcanza un clímax memorable. Aunque no sea de mis favoritas, indispensable en la obra de Bergman.
Gabriel Ufa
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