Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de polvidal:
9
Drama El planeta ha sido arrasado por un misterioso cataclismo y, en medio de la desolación, un padre y su hijo se dirigen hacia la costa en busca de un lugar seguro donde asentarse. Durante el viaje se cruzarán con otros supervivientes: unos se han vuelto locos, otros se han convertido en caníbales. Adaptación de una novela de Cormac McCarthy, autor de "No es país para viejos". (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2010
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curioso y revelador que a los pocos meses de presenciar la devastación planetaria por antonomasia en 2012 aparezca un filme que nos plantee el después del Apocalipsis. Curioso porque hacía tiempo que el género catastrófico no ocupaba las salas de cine y revelador porque jamás dos películas habían supuesto la cara y la cruz de forma tan flagrante. Mientras Roland Emmerich dedica 150 minutos de metraje a una catástrofe mostrada desde todos los ángulos virtuales posibles, la adaptación del libro La carretera, de Cormac McCarthy, prefiere sugerir la hecatombe y centrar su atención en un realismo mucho más crudo que el que nos revelan los efectos especiales.

Aquí, las imágenes no huelen a croma y a programa informático, gracias en parte a que la cinta no busca el más difícil todavía en materia de catástrofes. Lo importante en esta historia es el comportamiento humano en situaciones de crisis, terreno que ya exploró, por ejemplo, A ciegas, la adaptación del Ensayo sobre la ceguera de Saramago. En ambas reina el caos y escasea por completo la fe en la raza humana, acrecentando el pesimismo que suele inundar el cine de corte futurista.

Sin embargo, McCarthy y John Hillcoat, el encargado de la adaptación, amplían el zoom para fijarse en la relación de un padre y su hijo en una situación desesperanzadora. El realismo encuentra entre ellos su lado más crudo, puesto que aquí no hay lugar para falsas heroicidades. Sólo hay hueco para el más humano de los sentimientos, el miedo. Y mientras John Cusack luchaba por resultar convincente tras ríos de lava artificiales, Viggo Mortensen ofrece una lección magistral de interpretación reflejando el terror en sus ojos.

Y mientras ninguno de los elementos típicamente resaltables chirría, como el guión o la interpretación, uno que suele pasar más desapercibido adquiere un inusual protagonismo. La fotografía del vasco Javier Aguirresarobe es quizá el ingrediente esencial que mejor define The road. Oscura, gélida, gris, aterradora y, sobre todo, hiperrealista. Demasiado perfecta, junto al resto de aspectos, como para ser ignorada en unos Oscars que, este año más que nunca, demuestran una absoluta falta de criterio.
polvidal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow