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España España · Barcelona
Voto de polvidal:
5
Intriga. Drama Jack (George Clooney) es un mercenario solitario, un asesino a sueldo con un gran talento para el crimen. Sin embargo, tras un problema al ejecutar un trabajo en Suecia, se refugia en un pueblecito italiano, donde decide realizar una última misión por encargo de una mujer: la fabricación de un arma. Su intención es retirarse después. Mientras la fabrica, traba amistad con el cura del pueblo (Paolo Bonacelli) y comienza a intimar con ... [+]
20 de septiembre de 2010
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Él es consciente de su físico, de que a punto de cumplir los 50 una simple caída de sus ojos las vuelve locas. De que su sonrisa de niño travieso despierta los más bajos instintos. No le hace falta nada más. De la misma forma que nos muestra orgulloso sus abdominales, la última cinta que produce y protagoniza George Clooney se regodea en la estética, en regalar los ojos del espectador. Pero ambos se olvidan que a veces falta algo más que meros estímulos visuales para proporcionar un placer duradero.

No pedíamos a Clooney que se pusiera en la piel de otro Jason Bourne o del mismísimo James Bond, aunque el cartel de la película así lo insinuara, pero desde luego tampoco esperábamos encontrar un thriller, y perdonen la simpleza del guiño, tan descafeinado. Desde el momento en que el asesino a sueldo Jack abandona Suecia y atraviesa un túnel romano en forma de ingeniosos títulos de crédito, The american se adentra en una atmósfera de tranquilidad, de amodorramiento, que echa por tierra el prometedor arranque de la película.

Los planos rebuscados, esos que seducen y conquistan al público más intelectual, eclipsan por completo cualquier atisbo de acción. La cinta parece ser consciente de que en la sobriedad se encuentra la belleza, o al menos el tipo de belleza que se gana el favor de cierta crítica. Por ese motivo, encadena los silencios y redunda en los detalles, con ese ritmo que aletarga a las plateas para regocijo de unos pocos. Mientras el director alardea de su ingenio creativo, los pocos mortales que logran mantener los ojos abiertos intentan interpretar una trama que, de tan sencilla, confunde.

Dónde sí alcanza el mérito la cinta, desgraciadamente, es en el final. Es cuando las imágenes bellas vienen acompañadas de dos elementos hasta el momento ausentes: la acción y el sentimiento. Por fin El americano se erige en thriller y por fin el protagonista nos deja ver sus inquietudes. Tanto él como la propia cinta descubren su alma en el tramo final. Demasiado tarde para convertir la pesadilla en un dulce sueño.
polvidal
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