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España España · Ourense
Voto de GaryOwen:
6
Comedia. Romance La mansión de los Lord se prepara para celebrar la segunda boda de Tracy Lord (Katharine Hepburn) con el rico George Kittredge (John Howard). Para inmortalizar los festejos una pareja de periodistas, Macauley Connor (James Stewart) y Elizabeth Imbrie (Ruth Hussey), son invitados especialmente por C.K. Dexter Haven (Cary Grant), el primer marido de Tracy. (FILMAFFINITY)
18 de julio de 2007
20 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historias de Filadelfia de George Cukor es una comedia que no provoca risas. El reparto es bueno, formado nada más y nada menos que por Catherine Hepburn, Cary Grant y James Stewart .
Comenza la película y en la primera escena aparecen Grant y Hepburn haciendo de las suyas como pareja no muy avenida. La total ausencia de diálogos entre ellos y la acción cómica de esta escena evoca el mejor cine mudo.
En la siguiente escena y sucesivas el reino de la carcajada se diluye por completo. El espectador cae en la cuenta de que no asistirá a una comedia sino más bien a un retrato glamouroso de la alta sociedad donde se suceden largos diálogos, en ocasiones rozando el tedio, que nos recuerdan constantemente que detrás de esta película está el influjo del gran Joseph L. Mankiewich con sus grandes virtudes y en ocasiones defectos, como el del uso desproporcionado de frases y diálogos rebuscadas y demasiado profundos o intelectuales para un público deseoso de una frenética sucesión de gags cómicos y no largas charlas pseudointelectuales en estado de embriaguez bajo la luz de la luna, aunque quien las pronuncie sea el carismático Stewart cortejando a Catharine Hepburn.

Por otra parte, ese acercamiento a la jet-set por parte de la prensa y papparazzis ha dado películas más realistas que ésta.
James Stewart no es Marcello Mastroianni y Katharine Hepburn no es Anita Ekberg por mucho que todos en el film la comparen una y otra vez con una Diosa o con una reina inalcanzable, perfecta y sin defectos. Ekberg en “La Dolce Vita” se asemejaba más a una Diosa deseada e inalcanzable y a una diva de la jet-set que la Hepburn que nos muestra George Cukor.
Cary Grant ejerce casi durante todo el film como elemento decorativo (a lo que ayuda su porte y modélica figura) o como invitado sorpresa que aparece y desaparece pero no termina por quedarse en la historia que se cuenta excepto en ese fenomenal principio, en alguna escena explicativa del desarrollo del film y en su estupendo desenlace final.
GaryOwen
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