"Hostel 2" prosigue donde concluyó su precedente tanto en la historia como formalmente. La apuesta de Eli Roth por un cine violento más que gore (eso es más terreno de "Saw") que va del momento de humor negro al momento crudo de un realismo atroz e insoportable como si nada, en cuestión de un minuto o dos, tiene su continuación aquí y ahora. Ante el esperpento caben siempre dos interpretaciones (aunque exploraremos también una tercera) como ya cabía en la primera parte, la primera es preguntarse ¿Es necesario hacer esto o para qué o por qué esta muestra tan explicita?, la segunda atañe a reflexionar en la violencia tal cual es aunque para ello hayamos de pasar por situaciones impensables pero desgraciadamente posibles, "Hostel 2" propone 2 o 3 momentos crudos de conciencia total sobre el hecho de la muerte, es imposible pasar por alto lo que aquí sucede, y el tercero es el de la gente que pasa por "Hostel" como mero entretenimiento diferenciando, o eso espero, ficción de realidad, y tras la cual, a otra cosa. Aunque a más de un cerebro corto se le pueden plantear preguntas o suposiciones de índole bizarro (lo de siempre, en ningún caso debemos culpar a la película).
El que esto escribe transitó por las tres vías, desee que no existiera, otras veces me dió un golpe brutal como lo pueden hacer Haneke o Gaspar Noe y al final me quedé con la sensación de haber pasado un rato entretenido (sigue siendo algo duro decir esto cuando se muestra gente torturada pero en fin) si uno no se plantea mucho más.
Por lo demás, encuentro momentos ocasionales originales pero es un más de lo mismo que no obstante vive de las rentas de la originalidad de la primera, ahora bien, una tercera tiene que ser un esfuerzo notable porque otra igual no la toleraríamos. ¿o sí?