Ningún espectador actual sentirá un mínimo de miedo al ver esta película. Las interpretaciones resultan sosas, artificiosas. El guión avanza sin intriga, sin fluidez, sin emoción, sin verosimilitud. Justo después de descubrir que los celos convertirían a la protagonista en una pantera sedienta de sangre, su marido se enamora de una compañera de trabajo a la que conoce desde hace años...y practicamente en una escena. El final es torpe, precipitado; responde bastante bien a la definición de Deux machine, pero estamos tan cansados de la película que lo recibimos con agrado.
No dudo que el film debió acojonar a casi todos los espectadores de 1942, que abandonarían la sala horrorizados y fascinados por magnifíca ambientación que logra el director. Eso, unido al hecho de que Tourner rodaría posterioremente películas tan excelentes como retorno al pasado, han convertido esta cinta -sólo apta para interesados en la historia del cine- en lo que se suele llamar "película de culto"