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Voto de Piano y yo:
10
7,7
32.443
Cine negro. Drama. Romance. Thriller
Johnny Farrell (Glenn Ford), un aventurero que vive de hacer trampas en el juego, recala en Buenos Aires. Allí lo saca de un apuro Ballin Mundson, el propietario de un lujoso casino, que acaba haciendo de él su hombre de confianza. Un día, Mundson le presenta a su esposa Gilda. Su sorpresa no tiene límites: fue ella precisamente quien lo convirtió en lo que es: un ser cínico y amargado. (FILMAFFINITY)
18 de julio de 2010
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es como una bomba. En ella Rita Hayworth que tiene que jugar dos partidas de ajedrez al mismo tiempo, una con su marido, -un tipo frío, dueño de un Casino en Buenos Aires, con el que ella, que está llena de pasión, se ha casado al día siguiente de conocerlo pero simplemente por darle celos a su ex novio-, y otra con su ex novio Glenn Ford, -un jugador de apuestas, un buscavidas, el cual es quien nos confiesa sus más íntimos deseos y sentimientos en una narración contada hacia atrás, muy típica de las películas de cine negro, ver por ejemplo la gran peli Perdición de Billy Wilder-; y Rita nos demuestra una y mil veces que ella va a ganar las dos partidas sin despeinarse, a pesar de que ellos dos más que rivales entre sí, sean aliados: se tienen admiración y cariño mutuo desde el comienzo de la peli, se necesitan el uno al otro, -recodar que el marido salvó la vida a Glenn, y además le contrata como su hombre de confianza en el Casino-.
Y ¿cuáles son las armas de esta especie de comehombres?: Esa melena, esa forma de bailar, de mirar, hablar a su marido para lanzarle dardos envenenados a Glenn Ford, tumbarse vestida en la cama y hacerse la tonta diciéndole al soso del marido que no se le da demasiado bien bajar cremalleras, hacerse la sexy diciendo a un escenario repleto de hombres ávidos de sexo otra vez la misma frase de la cremallera, BAILAR disfrazada con antifaz en un Carnaval diciendole una y mil veces a su ex novio que antes él bailaba mucho mejor, -léase en vez de bailar, hacer el amor, comentario que obviamente irrita terriblemente a Glenn Ford, lo cual deriva en las posteriores y famosísimas escenas de los bailes "Amado mío" y "Put the blame on Mame" y en el sublime intercambio de bofetadas entre ambos-, y, todo ello, y como si nada, combinado con el hecho de que Rita, así DE PASADA Y COMO QUIEN NO QUIERE LA COSA, SE ACUESTA A LO LARGO Y ANCHO DE LA PELI CON POR LO MENOS OTROS 3 HOMBRES, simples clientes del Casino, personajes cuyas vidas no interesan a nadie, pero que son el caldo de cultivo de la gran tensión sexual de la película, y que consiguen que nos hierva la sangre.
Y por si fuera poco, en las bofetadas también sale ganando ella: Gilda 3, Glen 1.
El único mínimo detalle que yo cambiaría de la película sería el siguiente: en la escena del striptease, yo haría que Glenn Ford la intentase pegar pero en pleno escenario a la vista de los excitados espectadores, y no medio escondido en una esquinita del Casino, como ocurre en la película, y yo también haría que ella consiguiese desviar el golpe. La humillación de él sería así mayor.
Y el final en el spoiler.
Nota: 10 de 10.
P.D. El único momento de paz de la película es cuando ella hace un pase privado de la canción Put the blame on me para el entrañable filósofo Tío Pío, por lo tanto, la única escena en la que ella no está con ningún posible affair amoroso entre manos.
Y ¿cuáles son las armas de esta especie de comehombres?: Esa melena, esa forma de bailar, de mirar, hablar a su marido para lanzarle dardos envenenados a Glenn Ford, tumbarse vestida en la cama y hacerse la tonta diciéndole al soso del marido que no se le da demasiado bien bajar cremalleras, hacerse la sexy diciendo a un escenario repleto de hombres ávidos de sexo otra vez la misma frase de la cremallera, BAILAR disfrazada con antifaz en un Carnaval diciendole una y mil veces a su ex novio que antes él bailaba mucho mejor, -léase en vez de bailar, hacer el amor, comentario que obviamente irrita terriblemente a Glenn Ford, lo cual deriva en las posteriores y famosísimas escenas de los bailes "Amado mío" y "Put the blame on Mame" y en el sublime intercambio de bofetadas entre ambos-, y, todo ello, y como si nada, combinado con el hecho de que Rita, así DE PASADA Y COMO QUIEN NO QUIERE LA COSA, SE ACUESTA A LO LARGO Y ANCHO DE LA PELI CON POR LO MENOS OTROS 3 HOMBRES, simples clientes del Casino, personajes cuyas vidas no interesan a nadie, pero que son el caldo de cultivo de la gran tensión sexual de la película, y que consiguen que nos hierva la sangre.
Y por si fuera poco, en las bofetadas también sale ganando ella: Gilda 3, Glen 1.
El único mínimo detalle que yo cambiaría de la película sería el siguiente: en la escena del striptease, yo haría que Glenn Ford la intentase pegar pero en pleno escenario a la vista de los excitados espectadores, y no medio escondido en una esquinita del Casino, como ocurre en la película, y yo también haría que ella consiguiese desviar el golpe. La humillación de él sería así mayor.
Y el final en el spoiler.
Nota: 10 de 10.
P.D. El único momento de paz de la película es cuando ella hace un pase privado de la canción Put the blame on me para el entrañable filósofo Tío Pío, por lo tanto, la única escena en la que ella no está con ningún posible affair amoroso entre manos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Como en muchísimos finales de películas de los 40 y 50, el final ha supuesto ríos de tinta.
Al final resulta que Glenn y Rita se quieren muchísimo, aunque se hayan pasado la peli diciendose que se odian,
El marido, a quien creíamos muerto en el mar, pues simuló su muerte ante la policía, de la que huía por unos negocios sucios, -si bien la película nos muestra antes de tiempo que todo es un simulacro del criminal, ya que se le ve como le esperan unos amigos en una barca para rescatarle-, reaparece en la escena final para, obviamente, reclamar su derecho a rescatar a su esposa, y finalmente es el divertidísimo personaje de Tío Pío, -limpiador del lavabo del Casino y filósofo doméstico, que en un principio no admiraba a Glenn Ford, al que considera un paleto-, el que hace justicia doméstica, matando al marido, y rebatiendo a su vez ante la policía la autoconfesión del crimen realizada por Glenn Ford, el cual en un acto muy humano miente a la policía diciendo que lo ha asesinado él; y de paso el policía, gran Joseph Calleia, hace la vista gorda, pues el que ahora ha sido matado lleva para todos 3 meses "suicidado", por lo que no es necesario buscar nuevos culpables.
Ya ven que acaba en que Rita y Glenn fueron felices y comieron perdices. ¿Quién lo iba a decir?
Al final resulta que Glenn y Rita se quieren muchísimo, aunque se hayan pasado la peli diciendose que se odian,
El marido, a quien creíamos muerto en el mar, pues simuló su muerte ante la policía, de la que huía por unos negocios sucios, -si bien la película nos muestra antes de tiempo que todo es un simulacro del criminal, ya que se le ve como le esperan unos amigos en una barca para rescatarle-, reaparece en la escena final para, obviamente, reclamar su derecho a rescatar a su esposa, y finalmente es el divertidísimo personaje de Tío Pío, -limpiador del lavabo del Casino y filósofo doméstico, que en un principio no admiraba a Glenn Ford, al que considera un paleto-, el que hace justicia doméstica, matando al marido, y rebatiendo a su vez ante la policía la autoconfesión del crimen realizada por Glenn Ford, el cual en un acto muy humano miente a la policía diciendo que lo ha asesinado él; y de paso el policía, gran Joseph Calleia, hace la vista gorda, pues el que ahora ha sido matado lleva para todos 3 meses "suicidado", por lo que no es necesario buscar nuevos culpables.
Ya ven que acaba en que Rita y Glenn fueron felices y comieron perdices. ¿Quién lo iba a decir?