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Voto de Piano y yo:
10
Cine negro. Drama. Romance. Thriller Johnny Farrell (Glenn Ford), un aventurero que vive de hacer trampas en el juego, recala en Buenos Aires. Allí lo saca de un apuro Ballin Mundson, el propietario de un lujoso casino, que acaba haciendo de él su hombre de confianza. Un día, Mundson le presenta a su esposa Gilda. Su sorpresa no tiene límites: fue ella precisamente quien lo convirtió en lo que es: un ser cínico y amargado. (FILMAFFINITY)
18 de julio de 2010
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es como una bomba. En ella Rita Hayworth que tiene que jugar dos partidas de ajedrez al mismo tiempo, una con su marido, -un tipo frío, dueño de un Casino en Buenos Aires, con el que ella, que está llena de pasión, se ha casado al día siguiente de conocerlo pero simplemente por darle celos a su ex novio-, y otra con su ex novio Glenn Ford, -un jugador de apuestas, un buscavidas, el cual es quien nos confiesa sus más íntimos deseos y sentimientos en una narración contada hacia atrás, muy típica de las películas de cine negro, ver por ejemplo la gran peli Perdición de Billy Wilder-; y Rita nos demuestra una y mil veces que ella va a ganar las dos partidas sin despeinarse, a pesar de que ellos dos más que rivales entre sí, sean aliados: se tienen admiración y cariño mutuo desde el comienzo de la peli, se necesitan el uno al otro, -recodar que el marido salvó la vida a Glenn, y además le contrata como su hombre de confianza en el Casino-.
Y ¿cuáles son las armas de esta especie de comehombres?: Esa melena, esa forma de bailar, de mirar, hablar a su marido para lanzarle dardos envenenados a Glenn Ford, tumbarse vestida en la cama y hacerse la tonta diciéndole al soso del marido que no se le da demasiado bien bajar cremalleras, hacerse la sexy diciendo a un escenario repleto de hombres ávidos de sexo otra vez la misma frase de la cremallera, BAILAR disfrazada con antifaz en un Carnaval diciendole una y mil veces a su ex novio que antes él bailaba mucho mejor, -léase en vez de bailar, hacer el amor, comentario que obviamente irrita terriblemente a Glenn Ford, lo cual deriva en las posteriores y famosísimas escenas de los bailes "Amado mío" y "Put the blame on Mame" y en el sublime intercambio de bofetadas entre ambos-, y, todo ello, y como si nada, combinado con el hecho de que Rita, así DE PASADA Y COMO QUIEN NO QUIERE LA COSA, SE ACUESTA A LO LARGO Y ANCHO DE LA PELI CON POR LO MENOS OTROS 3 HOMBRES, simples clientes del Casino, personajes cuyas vidas no interesan a nadie, pero que son el caldo de cultivo de la gran tensión sexual de la película, y que consiguen que nos hierva la sangre.
Y por si fuera poco, en las bofetadas también sale ganando ella: Gilda 3, Glen 1.
El único mínimo detalle que yo cambiaría de la película sería el siguiente: en la escena del striptease, yo haría que Glenn Ford la intentase pegar pero en pleno escenario a la vista de los excitados espectadores, y no medio escondido en una esquinita del Casino, como ocurre en la película, y yo también haría que ella consiguiese desviar el golpe. La humillación de él sería así mayor.
Y el final en el spoiler.
Nota: 10 de 10.
P.D. El único momento de paz de la película es cuando ella hace un pase privado de la canción Put the blame on me para el entrañable filósofo Tío Pío, por lo tanto, la única escena en la que ella no está con ningún posible affair amoroso entre manos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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