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Voto de Piano y yo:
10
Cine negro. Intriga. Thriller A casa de sus familiares, en el tranquilo pueblo de Santa Rosa, llega un día el encantador tío Charlie (Joseph Cotten), un seductor criminal que viaja de Filadelfia a California y al que la justicia va pisando los talones. Su sobrina Charlie, a pesar de que no sabe nada de sus actividades, no tardará en sospechar que su tío es el misterioso asesino de viudas al que la policía anda buscando. (FILMAFFINITY)
3 de julio de 2010
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi opinión la película tiene 3 tramos completamente diferenciados, todos perfectos:
En el primero, es perfecta, toda la familia del asesino tío Charlie está retratada al detalle: 1.- La sobrina también llamada Chalie es una chica despierta y muy inteligente, que se aburre porque su familia está en decadencia, a pesar de que a su padre oficinista en un Banco le acaban de subir el sueldo, y que revive al saber que llega a casa su tío desde la otra costa de los EEUU. 2.- La madre de la chica, -que añora su infancia que pasó con el ahora asesino- Y 3.- Los comentarios tan certeros y divertidos por un lado de los niños, y por otro lado del padre de la joven Charlie -Henry Travers, Jim en la película- y de su amigo Herb, divagando todo el día cual sería el mejor método para matarse el uno al otro sin ser atrapados por la justicia.
En el segundo tramo, cuando ella confirma sus sospechas de que su tío puede ser un asesino, sigue siendo una gran película, porque Hitchcock no olvida introducir la duda en la trama, ya que la policía duda entre dos sospechosos.
Y en el tercer tramo, cuando la policía se decanta porque el asesino no es el tío Chalie, sino el otro, y el tío Charlie, por si acaso, decide acabar con la vida de su sobrinilla, ya que es una mujer que sabía demasiado, la peli adquiere una grandeza superlativa. Porque al tío Charlie no le queda más remedio que intentar matar a la antes adorada sobrina, aunque por un momento pensemos que va a abandonar el pueblo sin intentar asesinar a su sobrina.
Y el final pues genera sus disputas, como cualquier gran película: hay quien opina que sería mejor final el que muera el tío y hay quien dirá que es preferible final que muera asesinada la sobrina, pero en mi opinión la película es tan perfecta y está tan bien contada y llena de humor, que cualquiera de los dos finales me vale. Y es más, creo que el escogido por Hitchcock hace juego, es decir, encaja con el resto de la película: Ciertamente es la suerte la que decide quien se cae del tren en marcha. Y es que Hitchcock insiste en que el asesino Charlie durante toda la película aborrece el mundo exterior y la película nos lo muestra como un asesino de viudas ricas, pero no por dinero, sino por odio a la vida misma, a la monotonía de la vida. Un inadaptado, que, dato éste que no hay que olvidar, sufrió un accidente de bicicleta siendo un chiquillo, lo que le ha trastornado el cerebro, de modo que su comportamiento es admitido y comprensible según Hitchcock. No estoy de acuerdo con quien opina que la película lo muestra como un asesino sin piedad que no merece compasión ninguna, -la película no se interesa en mostrarnos las bondades de las viudas, más bien parece que está de acuerdo con matarlas-.
Nota: 10 de 10.
Piano y yo
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