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Voto de John Giraldo:
6
Comedia Bazil es un tipo que ha logrado esquivar la muerte dos veces en su vida. Cuando era niño sobrevivió a una mina antipersona, aunque su familia no tuvo tanta suerte. Siendo un adulto, una bala perdida se incrustó en su cerebro. Con la colaboración de unos artistas callejeros, intentará vengarse de las compañías armamentísticas que tanto daño le han hecho. (FILMAFFINITY)
13 de junio de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por: John Harold Giraldo Herrera
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Jean Pierre Jeunet es un cineasta francés quien nos devolvió con películas como Amélie (2001) un universo preciosista: lo simple. Amelie Poulain es de esos personajes para siempre recordar, su idea de reponer la vida de otros como fuera no sólo es valiosa por el hecho, sino por hacerla bella desde el cine, es decir, por la manera cómo se cuenta, las fábulas de Amélie calaron entre un público ansioso de historias ricas en significados, y lo más apremiante es ver cómo una historia sin ser presuntuosa aviva a quien la ve. La misma Amélie decía que: “son tiempos difíciles para los soñadores” pero la contemplación de un universo aunque frágil y disperso cobra valor en manos de un director de cine que lo compacta y lo vuelve solido, un mundo repleto de sentido en pequeños fragmentos, cada película de Jean-Pierre no pasa desapercibida y si bien Amélie y Delicatessen (1991) son las mejores la nueva película resulta maravillosa, sin ser la mejor lograda de sus creaciones.
Su nueva película sigue desarrollando unas constantes: mundos pequeños, personajes delirantes por la nimiedad, simpleza, comedia, encuentros de personas distintas y distantes, hechos aislados pero conectados, contemplación desde la imagen y la música, un mundo onírico puesto al servicio de la sutileza y en contra del olvido, entre otros, ahora en Micmacs : Un plan de locos (2009), ese humor dramático tiene un elemento: lo político. Un tipo que es herido por una bala perdida que nadie detonó sino por un hecho del azar se inserta en la cabeza del personaje –Bazil- a quien ya le habían matado a su padre por pisar una mina quiebrapatas en el desierto del Sáhara. Con la bala en la cabeza obtiene un desequilibrio pero al tiempo una necesidad que se la da el andar en el camino: saber quién fue el causante de su tragedia.
La primera escena es la prueba que toda la película no dejará de ser atractiva: explota una bomba en la década de los 70 a un soldado, luego treinta años después una bala entra en la cabeza de alguien –Bazil- y de ahí en adelante la explosión visual y de sentido no cesa. Bazil es el personaje con quien todos los aparentes cabos sueltos se juntan. Al salir de la cirugía queda con una cicatriz inocultable en la frente, pierde su empleo pero gana una familia, son unos vagabundos igual marcados por la vida quienes lo adoptan y pactan ayudar a Bazil en su idea de hacer justicia. Un héroe anónimo cobrará la gracia, un tipo descalabrado pero quijotesco asume el camino.

sigo en Spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
John Giraldo
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