Nueva entrega de “Las tortugas ninja”, en esta ocasión como reboot de la franquicia, empujada por un despliegue inusual de efectos especiales y la poderosa mano de Michael Bay en la producción (lo que asegura espectáculo y dinero). Vayamos por partes, estas tortugas ninja parecen destinadas a un público más infantil que juvenil (a diferencia de la franquicia “Transformers” también de Michael Bay) pero no es una mala película. Es demasiado obvia, no arriesga nada y hace un despliegue magnifico de efectos visuales (la persecución en la nieve es una maravilla de la técnica digital) pero no hay mucho mas que no hayamos visto sobre estas tortugas en anteriores películas o series de televisión. No le han dado ni un ápice de originalidad, no hay riesgo, todo está perfectamente calculado, lo cual se traduce en lo peor que le puede pasar a una película: carece de toda alma, no tiene personalidad. ¿Qué poniendo a cuatro tortugas digitales, a Megan Fox y a unos cuantos ninjas, no se necesita más? Pues una película es más que eso, una película es más que unos buenos efectos digitales o que mucho ritmo. “Las tortugas ninja” es un producto prefabricado que seguramente generará algunas secuelas mas, destinadas todas a reventar taquillas. Pero de eso a considerar que tiene algo por la que merece recomendarla, hay un largo trecho.