Película de aventuras juveniles que, aunque hay que reconocerle sus intenciones, también hemos de reconocer que sus resultados son pobres. No hay un gran presupuesto y la historia se desarrolla en apenas unos cuantos escenarios que, posiblemente, harán las delicias de los niños pero que, como concepto, deja mucho que desear, sobre todo en un tramo final realmente pobre y soporífero. Posiblemente con media hora menos y algo más de presupuesto, la película habría conseguido salir de su ostracismo visual. El problema es creer que porque una película se dirige a un público infantil, no hay que cuidar los detalles, creer que basta con moralizar y poner cuatro persecuciones que no son más que unos niños sobreactuados corriendo por una selva. “El Medallón Perdido” es una película amable, simpática, de buenas intenciones pero nada más. Los adultos conseguirán una gran siesta con ella, puede que algunos niños también.