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Voto de Edu Popcorn:
7
7,7
32.435
Cine negro. Drama. Romance. Thriller
Johnny Farrell (Glenn Ford), un aventurero que vive de hacer trampas en el juego, recala en Buenos Aires. Allí lo saca de un apuro Ballin Mundson, el propietario de un lujoso casino, que acaba haciendo de él su hombre de confianza. Un día, Mundson le presenta a su esposa Gilda. Su sorpresa no tiene límites: fue ella precisamente quien lo convirtió en lo que es: un ser cínico y amargado. (FILMAFFINITY)
26 de septiembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Gilda, bella, demoledora, empleando sus armas de mujer enamorada” reza el tráiler de la película estrenada un lustro después de Casablanca, y esta influencia se nota. Este melodrama con ciertos aires de cine negro, no acontece en Marruecos, sino en Argentina. Pero en ambas se respira la guerra y el juego como telón de fondo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La historia nos habla sobre todo, del comportamiento humano, de lo que puede llegar a hacer un hombre por amor o, más bien, por desamor. Porque de esto es de lo que trata la película. De “te odios” que suenan a “te quieros”. De un triángulo no amoroso, donde Gilda es el impasse entre Johnny Farrell (Glen Ford) y Ballin Mundson (George MacReady). El primero, un buscavidas que, sorprendentemente y con la ayuda del segundo, se convierte en director del casino, llegando a tocar el cielo con sus manos para, posteriormente, caer en picado hacia el infierno. -Es difícil no acordarse de otras películas del mismo género. Casino de Scorsese es un ejemplo.-Este infierno llega de la mano de Gilda, mujer despechada que decide acabar con la vida cómoda que disfruta Farrell, “en pos de venganza”, nos dicen. Y es que Gilda cautiva, ya con su primera aparición, con un movimiento de cabello, que es una bofetada de aire fresco, además con su danza donde se muestra su ascendencia andaluza, pasando por un pseudo estriptis, muy criticado en la época(incluso censurado en España) que no hace sino confirmar que Heyworth respira sensualidad por sus poros, y esto traspasa la pantalla. Pero Gilda es algo más, su sensualidad no es solo perceptible en esta escena. Todo ante ella se queda pequeño, especialmente Glenn Ford, que queda retratado como un paleto, como nos dice Tío Pío. No así es el caso de Humphrey Bogart, que en Casablanca llega a eclipsar la propia Ingrid Bergman. Cabría preguntarnos, que sería de Gilda sin Heyworth y que hubiera sido con Bogart.
Y es que, nunca habrá una mujer como Gilda… afortunadamente.
De la película, lo único que se puede reprochar es un final demasiado made in Hollywood, que llega a resultar poco convincente.
Y es que, nunca habrá una mujer como Gilda… afortunadamente.
De la película, lo único que se puede reprochar es un final demasiado made in Hollywood, que llega a resultar poco convincente.