Ariel es una pequeña joyita, de esas películas que pueden pasar desapercibidas y escondidas sin tomarse en cuenta, descubrirlas y más aún visualizarlas es una maravilla, una genialidad para la vista.

El film inicia con el cierre de una minería en un pueblo rural en Finlandia, los ahora desempleados tendrán que buscar que hacer con sus vidas. Uno de ellos es el personaje principal, Taisto Kasurinen (Turo Pajala).

El cual emigra a la ciudad en busca de nuevas y mejores oportunidades, con cientos de hombres iguales a él, desempleados y solos. Conoce a la mujer de su vida, la cual se convierte en el eje fundamental de la trama. Posteriormente por vueltas de la vida, termina en la cárcel.

El film se mueve de forma vertiginosa, con un ritmo extraordinario, Kasurinen se termina sumergiendo en un mundo criminal, frío, calculador, corrupto, que no perdona a nada ni nadie, al que le da igual cualquier cosa.

La película es directa, Kaurismäki muestra lo que desea enseñar sin rodeos (una duración de 74 minutos a la que no le falta ni sobra nada), los diálogos son cortos y concisos, la tensión sobresale en los últimos minutos.

Ariel es un film que perdona, que exime toda culpa, que deja a las personas tener nuevas oportunidades, un comenzar nuevo. Ariel es una película excelente, que se deja ver, que muestra a los otros, a los no pudientes.