Henry Selick ha demostrado con "los mundos de Coraline" que tiene una increible imaginación para crear mundos oscuros (pero divertidos) y fomentar en sus films las atmósferas intrigantes y personajes con una interesante psicología interior. Además, si a todo ello, le sumamos una forma artesanal de trabajar con la animación, tenemos un gran creador y contador de historias.
Coraline, tiene las inquitudes que poseen todos los niños de su edad, pero Henry Selick dota a su film de guiños adultos (con corazón de niño), por lo que atrae por igual creando terror y diversión a raudales. Niños asustados y padres disfrutando de sus películas. Neil Gaiman con su novela "Coraline" y el hacedor de mundos fantásticos Selick toman influencias de grandes con mayúsculas, Lovecraft y Edgar Allan Poe, maestros del terror gótico.
La película empieza con una presentación de los personajes muy bien puntualizados. Pero, realmente comienza al atravesar la puerta de la imaginación y adentrarnos en otro mundo paralelo. Cambia todo, la banda sonora, la animación, la psicología y nosotros mismos rebuscando desde la butaca en nuestra infancia.
Lástima que Henry Selick y su equipo (es de suponer le debe grandes méritos a otro genio Tim Burton, en su carrera), gasten tantos esfuerzos y sudor en crear su imaginario, por que esta animación artesanal (aunque con grandes avances técnicos también) requiere de un periodo de tiempo tan amplio que solo tenga un puñado de obras maestras. Bueno, es a la vez, el gran mérito de ellos y nuestra avidez por disfrutar más de sus trabajos.
Gracias Henry Selick por tu desbordante imaginación, seguro que eres un niño grande como todos nosotros.