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7,4
49.859
Drama. Romance
Año 1851. Ada, que es muda desde niña, acaba de enviudar. Un matrimonio concertado la obliga a dejar su Escocia natal y viajar a Nueva Zelanda, acompañada de su hija y de su piano. Allí conoce a su futuro marido, un próspero granjero que se niega a llevar a casa el piano. Abandonado en la playa, el instrumento será rescatado por un vecino que establece un extraño pacto con Ada: él la dejará usar su piano a cambio de que ella se deje tocar. (FILMAFFINITY) [+]
21 de octubre de 2018
3 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El piano es un ejemplo perfecto de cómo el cine puede, y consigue, normalizar y romantizar el machismo y el abuso sexual hacia la mujer. Si bien es cierto que la película está ambientada en el s. XIX, en ella no se recoge ni un atisbo de crítica hacia el abuso y dominación que ejerce el personaje que interpreta Holly Hunter.
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spoiler:
El piano es un ejemplo perfecto de cómo el cine puede, y consigue, normalizar y romantizar el machismo y el abuso sexual hacia la mujer. Si bien es cierto que la película está ambientada en el s. XIX, en ella no se recoge ni un atisbo de crítica hacia el abuso y dominación que ejerce el personaje que interpreta Holly Hunter. Diez son los motivos principales que hacen de El piano una película que me avinagra el alma:
1. Una mujer protagonista sin protagonismo. Ada carece de la capacidad del habla, que no por ello es muda, puede comunicarse, pero en ningún momento del metraje decide hacerlo para reivindicar su posición. Las decisiones que produzcan sus actos serán tomadas exclusivamente por los hombres que la rodean.
2. El hombre y el poder. La figura del hombre aparece indisolublemente ligada al poder, ya sea poder físico o poder moral.
3. Marcado uso del concepto de masculinidad. El poder del punto anterior se refuerza con el lenguaje no verbal, llamativamente dominante, y las características físicas propias de la heteronormatividad. Sí, mucha testosterona de macho.
4. Igualmente, marcado uso del concepto de feminidad. Ada representa un estereotipo muy claro de "feminidad": silenciosa, cándida, bondadosa, en definitiva, vasalla. Y todo ello reforzado por la melodiosa música del piano que toca.
5. La conquista a través del abuso sexual. El protagonista busca el acercamiento con Ada mediante el abuso sexual tras insistir, insistir y persistir, camuflado, eso sí, tras una falócrata pátina de "acuerdo mutuo": a cambio del abuso ella podrá tocar el piano. Este falso acuerdo solo esconde una evidente relación de poder.
6. El lado más "humano" del acosador. Con el objeto de contribuir al acercamiento entre el acosador y Ada se nos muestran las, aparentemente, buenas intenciones del acosador, a saber: la protección de Ada y su amor, que le llevarán a alzarse como el gran salvador al escapar de su marido para refugiarse en el. ¿Qué esconde esto? La romantización del falso derecho a la posesión.
7. La culpabilización de la víctima. Ada es culpada en todo momento, tanto por los dos acosadores como por su hija. Es culpada por el protagonista con frases tan demoledoras como "Esto está haciendo una puta de ti y un miserable de mi. Vete". Todo muy romántico.
8. La renuncia por amor. Lo único que podría salvar la película es el amor de Ada por la música. Pues tampoco. Ada renuncia al piano por amor en dos escenas muy significativas. Primero acepta la pérdida de la falange si eso le posibilita regresar con el hombre a pesar de perder la capacidad de tocar el piano; y segundo, se despoja del piano en el mar, destruyendo así lo único que había sido resultado de un deseo personal.
9. Por ti y para ti. El libre albedrío de Ada se queda, al igual que el piano al final de la película, en el fondo del mar. El afán de superación que experimenta no parece ser más que una consecuencia del amor hacia el protagonista, y esta es la causa de su intento de recuperar el habla. Ni existe el autoconcepto ni se le espera.
10. Un disfraz erótico-romántico al machismo. Todo esto se decora con alguna que otra escena de cama con algo de pasión, y porqué no decirlo, relaciones sexuales típicas y tópicas de la heteronormatividad. Calma, que no se empodera aquí nadie.
En definitiva, estos son los 10 puntos principales para una película machista, que afianza los roles de género y las identidades de género, que mantiene desestabilizada la balanza de las relaciones de poder y legitima el abuso sexual por un romanticismo propio de las estructuras sociales del medievo.
1. Una mujer protagonista sin protagonismo. Ada carece de la capacidad del habla, que no por ello es muda, puede comunicarse, pero en ningún momento del metraje decide hacerlo para reivindicar su posición. Las decisiones que produzcan sus actos serán tomadas exclusivamente por los hombres que la rodean.
2. El hombre y el poder. La figura del hombre aparece indisolublemente ligada al poder, ya sea poder físico o poder moral.
3. Marcado uso del concepto de masculinidad. El poder del punto anterior se refuerza con el lenguaje no verbal, llamativamente dominante, y las características físicas propias de la heteronormatividad. Sí, mucha testosterona de macho.
4. Igualmente, marcado uso del concepto de feminidad. Ada representa un estereotipo muy claro de "feminidad": silenciosa, cándida, bondadosa, en definitiva, vasalla. Y todo ello reforzado por la melodiosa música del piano que toca.
5. La conquista a través del abuso sexual. El protagonista busca el acercamiento con Ada mediante el abuso sexual tras insistir, insistir y persistir, camuflado, eso sí, tras una falócrata pátina de "acuerdo mutuo": a cambio del abuso ella podrá tocar el piano. Este falso acuerdo solo esconde una evidente relación de poder.
6. El lado más "humano" del acosador. Con el objeto de contribuir al acercamiento entre el acosador y Ada se nos muestran las, aparentemente, buenas intenciones del acosador, a saber: la protección de Ada y su amor, que le llevarán a alzarse como el gran salvador al escapar de su marido para refugiarse en el. ¿Qué esconde esto? La romantización del falso derecho a la posesión.
7. La culpabilización de la víctima. Ada es culpada en todo momento, tanto por los dos acosadores como por su hija. Es culpada por el protagonista con frases tan demoledoras como "Esto está haciendo una puta de ti y un miserable de mi. Vete". Todo muy romántico.
8. La renuncia por amor. Lo único que podría salvar la película es el amor de Ada por la música. Pues tampoco. Ada renuncia al piano por amor en dos escenas muy significativas. Primero acepta la pérdida de la falange si eso le posibilita regresar con el hombre a pesar de perder la capacidad de tocar el piano; y segundo, se despoja del piano en el mar, destruyendo así lo único que había sido resultado de un deseo personal.
9. Por ti y para ti. El libre albedrío de Ada se queda, al igual que el piano al final de la película, en el fondo del mar. El afán de superación que experimenta no parece ser más que una consecuencia del amor hacia el protagonista, y esta es la causa de su intento de recuperar el habla. Ni existe el autoconcepto ni se le espera.
10. Un disfraz erótico-romántico al machismo. Todo esto se decora con alguna que otra escena de cama con algo de pasión, y porqué no decirlo, relaciones sexuales típicas y tópicas de la heteronormatividad. Calma, que no se empodera aquí nadie.
En definitiva, estos son los 10 puntos principales para una película machista, que afianza los roles de género y las identidades de género, que mantiene desestabilizada la balanza de las relaciones de poder y legitima el abuso sexual por un romanticismo propio de las estructuras sociales del medievo.